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02/05/2003 |
Hidrovía en la zona El técnico alemán dijo “Es posible” Ahora el intendente de Aarón Castellanos señala que es posible que la hidrovía se realice por el río Rojas y Arrecifes. Indica que abarataría el costo de transporte de cereal. |
Según los estudios realizados, la hidrovía sería para barcos de 84 metros de largo por 10 de ancho, con un calado de 2,50 metros de profundidad y con una capacidad de carga de 1.350 toneladas. Al ser navegable para este tipo de barcos, el costo del traslado del cereal a puerto se abarataría de cinco a siete veces, y además la hidrovía retendría agua dulce, proveería agua potable, posibilitaría canales de irrigación mucho más baratos, crearía miles de fuentes de trabajo y sanearía 6 millones de hectáreas de la Pampa Húmeda. Salleras trabaja el proyecto de la hidrovía desde la misma lógica que lo llevó a impulsar la pesca del pejerrey: la vida de los habitantes de la zona de La Picasa cambió radicalmente con la impresionante inundación, que ya lleva seis años, y trajo desocupación y empobrecimiento. Él quiere transformar esa catástrofe en un factor de desarrollo. El intendente de Aarón Castellanos, Eduardo Salleras dijo :“Tenemos un recurso natural preciado en todo el mundo, porque esto es inundación con agua dulce, agua de lluvia y tenemos que buscar alguna forma inteligente de aprovechar este recurso”, razona el presidente comunal, y cuenta que fue un ingeniero rosarino el primero que le sugirió la posibilidad de la hidrovía. Después, Salleras contactó al gobierno de Alemania, que envió un experto en recursos hidráulicos que calculó que para hacer la hidrovía es necesario desagotar de La Picasa desbordada unos 45 metros cúbicos de agua por segundo. Las obras previstas por ahora permitirían desagotar sólo 15 metros cúbicos por segundo, 10 por la denominada alternativa norte que se volcaría sobre el arroyo Pavón y 5 por la alternativa sur, hacia el norte bonaerense. ”La hidrovía puede ser por el Pavón, el arroyo del Medio, el río Arrecifes o el río Salado”, indica Salleras. La gente de aguas abajo, cuando se habla de una hidrovía, lo primero que dice es que no quiere que pase por su zona. Pero cuando sepan el proyecto de desarrollo que esto significa se van a pelear para que pase por ahí”, añade el titular de la comuna de Aarón Castellanos. Y cuenta que el experto alemán –al que llevó en su camioneta a recorrer buena parte de la Pampa Húmeda– señaló como una ventaja “el trazado de la pendiente” hacia el Paraná. La hidrovía no es la primera idea que se le ocurre a Salleras como una salida a la crisis provocada por la inundación. Fue uno de los principales impulsores de la explotación de la pesca del pejerrey en La Picasa, iniciativa que cuenta con el firme respaldo de la Secretaría de Agricultura de la Provincia y que está en pleno desarrollo a través de dos cooperativas de pescadores, una de Aarón Castellanos y otra de Diego de Alvear. Salleras también alienta el proyecto de desarrollar el turismo en la zona aunque suele chocar con el caprichoso comportamiento del agua: “Uno en este tiempo ha aprendido mucho de hidráulica. Ahora hace tres años que no llueve bien, pero si vuelven a llover 1.200 milímetros, las obras previstas hasta ahora para el escurrimiento no van a alcanzar, La Picasa va a volver a crecer y otra vez la tendremos encima del pueblo. Y si no llueve, La Picasa se va a ir lejos. Así que no sabemos dónde conviene poner una estructura turística lo que nos hace perder ingresos”, lamenta. La apuesta al turismo tiene bases sólidas. O, más bien, líquidas. El espejo de agua ofrece un hermoso paisaje y un espacio ideal para la pesca deportiva (las comunas y la Provincia tienen poder de policía para evitar la pesca profesional que depreda la fauna ictícola) y para la navegación en pequeñas embarcaciones. Cien dólares por hectárea »Si logramos normalizar seis millones de hectáreas la hidrovía costaría cien dólares por cada una de esas unidades, a pagar en los diez años que durará la obra y que los productores sólo pondrían como garantía de un crédito ya que se pagaría con producción y con la disminución del costo de fletes. El jefe comunal de esta pequeña localidad del sur santafesino, principal portavoz del proyecto de la hidrovía, dijo que creyeron matar a Aarón Castellanos cuando lo inundaron «pero en lugar de morir resucitó» y hoy vive de la pesca. «A partir de una catástrofe -consideró- hoy el pueblo tiene un proyecto productivo de pesca con posibilidades de exportación que supera a la producción agrícola que tendrían los campos actualmente inundados». Otras ventajas que esbozó Salleras las atribuyó a que la obra podría resolver la escasez de humedad que se produce con la retracción de las napas en tiempos de sequía. «En la provincia de La Pampa estuvieron a punto de perder la cosecha gruesa por falta de agua mientras a pesar de que el año pasado estuvieron inundados», relató para ilustrar sus hipótesis de utilizar la hidrovía como reguladora del agua en la llanura ya que estará conectada al río Paraná o de la Plata. |