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24/04/2003
Investigación especial (1º parte)

La base represiva en Colón


anibal24 (6k image)Aníbal Gordon y sus secuaces durante más de un lustro estuvieron instalados en nuestra ciudad con una importante base. La pregunta es ¿Por qué? y ¿Quiénes fueron sus contactos?.



La actividad de Aníbal Gordon en Colón a partir de l973 fue creciendo. La casa ubicada en calle 54 entre 17 y 18 ( se la conoce por una característica palmera) fue asiduamente visitada por grupos de personas numerosas y extrañas.


La descripción corresponde a vecinos de aquella época, incluso argumentaban que se observaba asiduamente que en la vivienda llegaban personas que aterrizaban sus aviones en el Aero Club de Colón y que el chofer de Gordon (famoso por su crueldad) salía a buscar en una camioneta Ford color blanca –entre otros vehículos-.


Esta casa fue adquirida por el represor a nombre de su pareja de apellido Acosta y la escritura se realizó en céntrica escribanía local.


La segunda casa que habitó el represor fue alquilada a un conocido comerciante ( en el presente fallecido) y se encontraba ubicada en cercanías de 48 y 13. La actividad en ambos lugares fue importante e incluso la Policía Federal antes de la captura de Gordon en la ciudad cordobesa de “La Cum-brecita”, lo “esperó” en la casa de calle 48 durante varios días, pero el paramilitar los “burló” al ser avisado varias cuadras antes de llegar a través de la radio que siempre llevaba consigo.


En nuestra ciudad, Aníbal Gordon tenía varias pantalla “legales”. La más importante y conocida fue la compra de plástico que luego almacenaba en un lote de Ruta 8 y calle 45. También contrató a grupos de jóvenes colonenses para desarmar aviones en el Aeropuerto de Ezeiza.


El producto de este trabajo lo vendía como chatarra a desarmaderos del conurbano bonaerense. La investigación sobre los pasos de Aníbal Gordon en nuestra ciudad fueron minuciosamente publicados por Colón Doce. El tema central ahora es dilucidar ¿Por qué tanta actividad de los grupos inorgánicos del SIDE en Colón?. Por otro lado, la más importante es ¿Quiénes eran sus contactos?.


A la primer pregunta trataremos de responderla a través de algunos ejemplos.


La base


En Colón, Aníbal Gordon tuvo una importante actividad durante más de un lustro y mientras algunos convecinos señalaban que era “hombre bueno” que –entre otras cosas- repartía cigarrillos, paralelamente tenía un poder como pocos hombres lo tuvieron en aquellos años oscuros del proceso militar.

El mayor represor de la dictadura militar mientras “visitaba” asiduamente nuestra ciudad y se quedaba largos periodos “descansando” cumplía importantes funciones en la represión que sistemáticamente se llevaba a cabo en el país.


El historial de este personaje emblemático es muy extenso.


Aníbal Gordon a partir de 1968 prestó servicios en la Secretaría de Informaciones del Estado.


Este “trabajo” lo mantuvo hasta el día de su detención en “La Cumbrecita”, el 9 de febrero de 1984”. Dentro de la institución ostentaba el grado de “IM 5”, equivalente al de coronel del Ejército, cobrando sueldo y gastos de representación.


Su lugar de trabajo en la Capital Federal había sido en el edificio de 25 de Mayo 11. Su carrera se había desempeñado en el área específica de contrainteligencia. El jefe inmediato superior de Gordon había sido el general Otto Carlos Paladino. En la Capital Federal tenía la base secreta en la calle Sánchez de Bustamante y Las Heras.


Para poder desarrollar sus actividades, Gordon fue provisto por la SIDE “de documentación de encubrimiento”. Entre la misma figuraba un pasaporte diplomático a nombre de José Pedro Bastarrica.


Con ese documento Gordon entró y salió de Moscú, Pekín, Cuba, Nicaragua, Checoslovaquia, Africa y los Estados Unidos. La documentación probatoria de esos viajes está en los archivos del Juzgado Federal Nº 5, desde la época en que su titular era José Nicasio Dibur.


De igual modo, la SIDE proveyó a Gordon de “otros elementos” como ser “un fusil FAL, una ametralladora Halcón, una pistola reglamentaria 9 milímetros con dos cargadores”.


El paramilitar tenía ingreso autorizado a la Casa Militar de la Casa de Gobierno. Incluso contaba con un equipo transmisor enlazado en forma directa a la consola central de la Presidencia, de la que dependía y depende la SIDE.


Los ingresos por movilidad operacional, sueldo y gastos de representación, eran percibidos por Gordon bajo los nombres falsos de coronel Irigoyen, Marcelo Federico Ezcurra, Marcelo Federico Quintana y José Pedro Baztarrica.


Otro de los nombres falsos utilizados por Gordon fue el de Felipe Salvador Silva, que es el que figura en el contrato de locación del inmueble ubicado en General Venancio Flores 3519 y 3521, en el barrio de Floresta, que es donde funcionaba el centro clandestino Orletti. La documentación que lo acredita está incorporada a la prueba colectada durante el juicio a los ex comandantes.


¿Por qué Colón?


A pesar de nuestras limitaciones investigativas podemos afirmar que Aníbal Gordon no eligió Colón por azar. La casa de calle 54 y 18 fue cuidadosamente estudiada. Un barrio tranquilo (más en aquella época) y de rápido acceso y salida hacia la Ruta 8 a través de boulevard 17.


En tanto que Gordon y su banda (denominada panqueque) tenía desde Colón un rápido pasaje a Córdoba donde su principal contacto era el comisario Oscar Telleldín padre del detenido por el atentado a la AMIA y también tenía acceso rápido hacia la provincia de Santa Fe donde el grupo cumplió funciones represivas en las fábricas.


En este sentido existen varios ejemplos.


El primero es que Anibal Gordon participó con la banda de inorgánicos en la represión en el sur de Santa Fe.


En este sentido, Villa Constitución muestra algunas particularidades trágicas, ya que en esa localidad el terror se sembró sobre el conjunto de la población. La represión en esta populosa zona fabril comenzó antes del 24 de marzo de 1976, con el accionar de las «3 A» y otras bandas parapoliciales entre las cuales se encontraba Gordon y su gente.


«Vivía con mi padre, mi madre y dos hermanos. El grupo que irrumpió en mi casa vestía de civil, nos sacaron de la pieza y el jefe nos pasó un papel para que señaláramos si conocíamos a algunas personas. Había tres nombres, los de Andino, Ruescas y Tonso... Mi padre se llamaba Pedro Antonio Reche y trabajaba en Acindar.


Se lo llevaron y a la mañana un hombre encontró su cadáver y los de Tonso y Andino en el camino ‘La Blanqueada’.». Este es el testimonio del hijo de Reche que además reconoce como jefe del operativo a Anibal Gordon .


El otro ejemplo tiene que ver con un secuestro. La banda de Aníbal Gordon perpetró el 24 de julio de 1977 el secuestro del empresario Pedro León Zavalía. El empresario fue llevado en un Ford Falcón a Córdoba –seguramente por la Ruta 8- y sospechamos que hizo un alto en Colón hasta tanto tener “zona liberada” en la provincia mediterránea.


La banda del «Jovato» Gordon era de temer en la provincia de Buenos Aires. Los represores no sólo perpetraron el secuestro contra Zabalía, si no que llevaron adelante la tortura de unos 300 exiliados chilenos, uruguayos y bolivianos. La costumbre era desvalijar sus domicilios y montar verdaderas estafas extorsivas negociando supuestas libertades a cambio de dinero.


Varios elementos relacionan a la banda de Gordon con el secuestro y asesinato de los ex legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutierrez Ruiz y con el fusilamiento del expresidente boliviano Juan José Torres asesinado el 2 de junio de 1976 en San Andrés de Giles.


Esa zona fue muy utilizada por la banda para múltiples crímenes porque los miembros del grupo tenían allí quintas, estancias, campos y aguantaderos. Esto hace presumir otra base similar a la de Colón en esa región.


Tiempos modernos


Los código de la represión siguieron a través de los años.
En abril de 1988, se produjeron varios atentados en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires y fueron detenidos algunos delincuentes comunes. En los atentados se dejaron panfletos en nombre del Ejército Nacional en Operaciones y con la sigla OAS-MRP.


Los miembros de la ex banda de Gordon, los conocidos Escobar y Pomponi integraron ese grupo cuyo jefe era el teniente coronel Arturo González Naya, un oficial carapintada que fue indultado por el presidente Menem.


Lo llamativo es que relacionados con Escobar y Pomponi aparece Juan Rossi que estuvo en nuestra ciudad por un largo periodo entre 1987 y 1988 y que se sospecha que era agente de inteligencia de una fuerza de seguridad. El presunto agente Rossi fue detenido en la terminal de Pergamino cuando interior de un ómnibus de larga distancia de la línea Chevallier había partido de Colón rumbo a la Capital Federal.


En su poder se encontraron bombas y panfletos vivando a Camps. El detenido participaba de una banda de ultraderecha que quería desestabilizar el gobierno de Raúl Alfonsín. En Colón, Juan Rossi tuvo amplios contactos y se lo conocía como “el loco”. (Continuará).


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