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19/04/2003 |
Elecciones 2003 ¿Ganan todos? Los cinco candidatos que dominan las encuestas se muestran convencidos de que harán una elección magnífica. |
Así y todo, sólo Menem dice que ganará en primera vuelta. Los otros aseguran que irán al ballottage. Hasta Moreau se muestra optimista Todos los candidatos se muestran optimistas frente a las elecciones Es verdad que la paridad en las encuestas ayuda al optimismo de unos cuantos. Y también es cierto que sólo a través de una imagen optimista se conseguirá capturar votos. Como el exitismo forma parte de la condición humana, está probado que una inmensa cantidad de electores termina decidiendo su voto entre los candidatos con mejores chances de alzarse con la victoria. Así, el ciudadano medio intenta reducir el margen de frustración que podría provocarle una derrota de su elegido. Frente a esto, los aspirantes a calzarse la banda presidencial ya no sólo se conforman con decir que cons-tituyen la mejor opción. También se desviven por dar esa imagen ganadora que, como se dijo, es tan importante como un spot publicitario e incluso más efectiva que una aceitada batería de propuestas. En este rubro, Menem dominó la situación y se instaló como “el triunfador”. Así, aunque es el candidato con mayor imagen negativa, ya se instaló en la socidad como aquel al que la gente se imagina gobernando durante los próximos cuatro años. El triunfalismo de todos llega a tal punto que incluso el radical Leopoldo Moreau, que según las encuestas no llegaría al 5 por ciento de los votos, asegura que tiene grandes chances de estar en la segunda vuelta. Lo cierto es que habrá un ganador, un segundo, un tercero, y varios que se ubicarán atrás. A la hora del recuento, las palabras ya habrán surtido efecto dentro del cuarto oscuro.
Logró instalar en la sociedad lo que buscó desde el comienzo: una imagen de ganador. Cada día dobla la apuesta y sorprende con algo. Primero pronosticó una victoria, después aseguró que sería en primera vuelta, más tarde anunció que volvería a ser padre, y ayer se animó a dar precisiones numéricas: “No tengo ninguna duda de que ganaré en primera vuelta. Voy a sacar entre el 41 y el 42 por ciento de los votos”. Pero aunque muchas lo muestran en primer lugar, ninguna encuesta pronostica un triunfo por semejante cantidad de votos. “Casi todas las encuestas que se manejaron parten de una serie de supuestos totalmente falsos. Se llevan a cabo en sectores determinados, en comunidades con muchos habitantes y olvidan los sectores donde existe el mayor número de gente que pasa por necesidades muy urgentes”, remató para argumentar su pálpito hiperoptimista.
Se muestra como la única candidata “distinta” al resto de los que tienen posibilidades. Y más allá de su condición de mujer (lo que ciertamente la diferencia de los demás), ella asegura que es la única aspirante que no tiene relación con las mafias. En esto basa gran parte de su optimismo para captar votos. Y es otra de las que cree que puede ser la sucesora de Duhalde en el Gobierno. Sonríe, gira la cabeza, mira fijo, y dice: “Yo voy a ser Presidente casi por decantación. Lo sé. Y lo digo porque los argentinos no son inge-nuos: ellos saben que soy la única capaz de probar mi transparencia de gestión y de garantizarla para el futuro”. Sin embargo, Lilita también deja abierta una puerta que la distingue del resto. No apuesta todas sus fichas a la elección del 27. Tal vez porque sabe que las encuestas están dándole la espalda, ya se ataja: “Si no es ahora, será más adelante. Pero será. Estoy segura”.
Como efectivamente su explosión (la que hoy lo ubica peleando por el segundo lugar) se produjo en los últimos días, Ricardo López Murphy tuvo poco tiempo para plantear posibles escenarios. Sin embargo, se atrevió a hacerlo durante sus últimas apariciones televisivas: “Si los números continúan en crecimiento como hasta ahora, estamos en condiciones de ingresar a una segunda vuelta”, declaró. Aún así, tal como en el caso del dúo Kirchner-Scioli, el Bulldog dejó que su segundo hablara ayer en su nombre: “En un escenario de ballottage, creo que el rival sería Menem. El ex presidente no tendría manera de eludir el debate como lo ha eludido hasta ahora”, enfatizó Ricardo Gómez Diez, candidato a vicepresidente de Recrear. Y repitió lo que suena a obviedad: “López Murphy es el mejor de los que se presentan porque tiene credibilidad y porque dice siempre la verdad. Es un candidato transparente y tiene programas”.
Néstor Kirchner es el menos triunfalista de los cinco candidatos mejor ubicados. Y muchos duhaldistas lo cuestionan porque pretenden que se exhiba más aguerrido. Así y todo, en sus últimas apariciones públicas no dejó de mostrarse como la imagen de la renovación que el 25 de mayo se instalará en la Casa Rosada “para espantar a los fantasmas del pasado”. En este sentido, ya dijo que le gustaría competir con Menem en la segunda vuelta “para confrontar dos modelos diametralmente opuestos”. Pero lo que le faltaba al santacruceño lo puso ayer su compañero de fórmula Daniel Scioli: “Vamos a ganar en la segunda vuelta”, disparó con énfasis antes de apelar al discurso que la dupla oficialista levantó como bandera. “La gobernabilidad es no hacer un cambio traumático, la gente no está esperando volver a cero”. Otro que apuntala al candidato es el ministro Lavagna: “No sólo voto a Néstor Kirchner, sino que estaré con él”, afirma el ministro en un aviso de TV.
“Voy a volver a ser el Presidente de los argentinos. No tengo dudas de ello”. Con una sonrisa pícara, Adolfo Rodríguez Saá desenfunda todo su carisma cada vez que le toca hablar del tema. Frente a las cámaras y en cada uno de los reportajes, el puntano no cambia el tono de voz para convencer: “Antes de asumir la presidencia, tendré que superar el trámite de un ballottage con Menem. Pero a él le pasará lo que le ocurrió a Le Pen en Francia (perdió en forma abrumadora frente a Jacques Chirac)”. Ayer, sin embargo, semejante compostura se rompió cuando hizo referencia a las últimas encuestas que lo ubican tercero o cuarto: “Cuando yo salga primero, van a tratar de explicar de mil formas que mintieron”, dijo. “Los números son falsos. Son una operacion pagadas por el Gobierno. Es una vergüenza, así destruyeron la Argentina, ese es el pacto de Olivos en acción. Están tratando de sostener la corrupción estructural, falseando la realidad”, remató.
Aunque la esperanza es lo último que se pierde, la predicción de Leopoldo Moreau está mucho más cerca del milagro que de la realidad. El candidato de la UCR asegura: “Si el partido mantiene el piso histórico del 15 por ciento, podemos estar en la segunda vuelta más allá de que las encuestas digan otra cosa”. Habrá que ver si hoy, cuando junto a su coequiper Mario Losada presente el programa de gobierno en el Club Español, se atreve a sostener semejante predicción. Algunos allegados dicen que un encuentro que mantendrá hoy podría hacerle cambiar el discurso. Antes del acto en la Capital Federal, visitará la ciudad de Chascosmús y encabezará un acto proselitista junto a Raúl Alfonsín. Allí, el líder de la UCR podría pedirle que atenúe sus pronósticos, ya que considera más honrosa una derrota en silencio que una catástrofe electoral agigantada por declaraciones fuera de tiempo y lugar. |