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27/03/2003
Crecen las denuncias

Compra de campos inundados a bajo precio


inunda4 (17k image)En la zona de “La Picasa” y el sur de Santa Fe “habría” enviados de grandes empresas (exportadoras de granos) que ofrecen a los productores agropecuarios un precio irrisorio por sus campos.


El agua hace que la recolección de la cosecha avance muy lentamente en zonas del sur de Santa Fe y sur de Córdoba y noroeste de Buenos Aires. Los inconvenientes por enfermedades y la poca calidad en el cereal recolectado causa grandes pérdidas económicas.


En los campos con problemas de piso (por levantamiento de napas) existe gran disminución en los rindes obtenidos de maíz, soja y trigo.Según denuncian medios de comunicación del sur de Santa Fe en los últimos meses los productores agropecuarios son “visitados” por enviados de grandes empresas nacionales y extranjeras.


El negocio pareciera ser uno de los únicos «florecientes» en la actualidad: La compra de esos campos serían a precios irrisorios, y las ganancias en poco tiempo serían siderales porque luego se venderían -una vez que el agua baje-, a su precio normal. Solamente basta recordar que recientemente se licitaron las obras para realizar arreglos en el canal San Urbano y el desagote de la laguna “La Pi-casa” por arroyo Pavón.
Según describen la maniobra que están realizando, muchos exportadores (los principales compradores de estos campos), apuestan en estas transacciones un negocio llamativo y seductor.


El agua estancada en campos hace que el año pasado, por citar un ejemplo, se han dejado «en planta» 650.000 hectáreas de maíz sin cosechar. La gran mayoría de esta área no se recolectó porque el agua lo impide, y es utilizada como alimento para el ganado vacuno directamente en los propios terrenos.


Pero, por lo visto, muchos son los que esperan un mercado de cereales tranquilo y chato en sus valores. Y, en especial, los activos partícipes de la demanda: los exportadores.


A las grandes pérdidas que sufrieron ya los productores agrarios en cuanto a sus cosechas, se le suman también las pérdidas se extienden a las pasturas y reducen el área ganadera. En los campos no inundados las napas están casi en la superficie y no hay piso para sembrar. El corte de los caminos y los accesos rurales no permite la llegada de insumos, ni sacar la producción de leche, carne y granos.


Así, los productores ven con desesperación los campos más productivos cubiertos de agua, y comienzan a manejar muchas posibilidades para «zafar» de esta realidad.


Aparecen entonces «enviados» de los exportadores de cereal, quienes ofrecen un precio ínfimo por esos campos. Inmediatamente, muchos productores comienzan a hacer cuentas y ven que, aunque el precio sea ilógico, es la mejor salida. Y venden sus tierras.


Un productor de la zona de Venado Tuerto, a quien intentaron comprarle su campo inundado en varias ocasiones, aseguró que «esto, al igual que la compra de cereales en negro, tiene que tener la venia de la provincia. De otra forma, sería imposible que lo hagan. Evidentemente, hay connivencia con algún funcionario de Hidráulica, quien ya habrá negociado el cómo y el cuándo se hará el desagote de los campos inundados. Entonces veremos cómo inmediatamente comienza a agitarse el mercado inmobiliario agropecuario», enfatizó.


La Picasa


El agua de la Picasa creció. A principios de la década de los noventa era un espejo de agua de apenas 6000 hectáreas.


En la actualidad la laguna alcanza a los 80 mil hectáreas y los daños que causó en campos limítrofes es incalculable. En la zona de Sarasa los productores agropecuarios culpan al agua de La Picasa de la “levantada” de las napas de agua que ya están al ras de suelo y causa numerosos inconvenientes para realizar labores culturales para la siembra de cereal.


En la zona del noroeste provincial las versiones señalan que hubo numerosos inversiones de las grandes empresas en la compra de tierra inundada o con inconvenientes de piso.

El pasado año Juan Chediak (concesionaria del peaje de la Ruta 7) habría adquirido 7000 mil hectáreas de campo. Esta empresa es una de las conce-sionarias de la Ruta 50 que une Colón con Ferré. La empresa Goyaique habría comparado miles de hectáreas. Los campos vendidos en el 2001, serían parte de grandes estancias entre las cuales se encontrarían “La Paza” (sur de Córdoba), “La Toldería” General Villegas a igual que “Santa Regina”.


En estos momentos los ofrecimientos de las empresas expor-tadoras estarían centradas en el sur de Santa Fe pero no se descarta su “avance” al norte bonaerense.


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