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13/03/2003
Un problema cíclico

Se fugó un preso de la comisaría de Colón


El viernes de madrugada un peligroso malviviente se fugó de la comisaría de nuestra ciudad. El caco habría huido realizando una abertura en el techo. Posteriormente se entregó


El viernes de madrugada nuevamente huyó un preso de la Comisaría de Colón. Se trata de Juan Manuel Tovarez de 20 años de edad y que estaba detenido por el juez de Garantías Dr. Emilio Aboud por robo calificado. El caco había asaltado un kiosco y un supermercado y tenía prisión preventiva.


Según se pudo saber Tovarez que se domicilia en el barrio “Las Lomitas” de Pergamino, aprovechando el descuido de la guardia anudó una toalla con una sabana y se trepó hasta el techo del calabozo. La celda tiene una altura de 5 metros y en la parte superior como un vallado se encuentra una especie de parrilla construida con hierros de los denominados trafilado y de solamente 12 milímetros de espesor.


El preso de contextura muy menuda dobló un hierro de la parrilla y habría pasado por un boquete de unos 40 centímetros de diámetro ganando el entretecho. El siguiente paso fue levantar una chapa de plástico y escapar seguramente por calle 18.


En este sentido, se debe tener en cuenta que cualquier movimiento que se realice por el edificio de Telefónica Argentina puede ser captado por una cámara de video que tiene un radio de giro de 180 grados.


Posteriomente, el mismo se entregó el martes por la mañana en el Juzgado de Garantías del Dr. Emilio Aboud.


El calabozo


Colón Doce denunció en sucesivas ediciones que el calabozo de la Comisaría de Colón no reúne condiciones de seguridad. Al momento de la fuga de Tovarez se encontraban en las celdas locales 14 presos con causas penales y dos personas con averiguación de antecedentes. La infraestructura no es la adecuada para albergar presos de mediana peligrosidad.


El edificio de 51 y 18 fue construido en l926 y nunca se realizó una profunda reforma en los calabozos.
El pabellón principal para albergar detenidos cuenta con una patio interno y tres pequeñas celdas. La estructura no sufrió cambios a través de más de 70 años.


El techo del calabozo es de fácil acceso y la parrilla de hierros de 12 milímetros trafilados no calza bien en las húmedas y viejas paredes.


Un cronista de Colón Doce pudo determinar hace una año que varios calces de los hierros no existían y un preso con decisión podía huir fácilmente del lugar levantando solamente la “parrilla” casi sin esfuerzo.


Se sabe que el perro de la Comisaría “Chiquito”, en el 2001, evitó con sus ladridos por lo menos dos fugas que se iban a realizar aprovechando lo endeble de la construcción.

Otras evasiones


En la década del ochenta se produjo de la Comisaría la fuga más recordada. Se trató de la realizada por Jorge Rivas.


El pirata del asfalto que está cumpliendo condena en una cárcel santafesina fue llevado en aquella oportunidad al despacho del comisario Leone (hoy retirado) por el cabo de guardia González (fallecido dos años después) .


Rivas se apoderó de el arma del Comisario y escapó por el frente del edificio llevándolo de rehén varios metros. El caco metros más adelante los soltó y huyó en un vehículo marca Citroen que lo esperaba con un cómplice en la esquina de 51 y 18. La última fuga se produjo el domingo 25 de febrero de 2002. En esa oportunidad tres peligrosos malvivientes escaparon abriendo un boquete en el entramado de hierro.


Se trataba de Roberto Gómez y Edgardo Barreto apresados semana después en Pergamino. El último fugitivo en ser atrapado fue Oscar Mansilla que cayó cerca de su domicilio de Pavón Viejo en Santa Fe.


Las investigaciones del fiscal Mario Gómez y las sospechas de los policías que investigaron la situación, habrían determinado que un policía infiel, oriundo de Pergamino y que iba a ser expulsado de la fuerza armada civil por una causa de tráfico de droga, habría abierto la puerta de la celda a cambio de una suma de dinero previamente pactada con los cacos.


Los presos siendo las 6.25, escaparon por el patio trasero, saltaron el tapial de calle 18 y se habrían refugiado en un auto marca Duna estacionado en calle 18 entre 51 y 52.


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