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20/02/2003 |
Tracción a sangre Una pareja de ciclistas unen Colón con Colonia Uruguay Néstor Giaramita y Carlos Cúneo recorrieron en una semana 750 kilómetros en bicicleta. Es la tercer travesía que realizan. |
Los colonenses realizaron la travesía sin apoyo vehicular y lo más destacable es que no son deportistas de alta competencia. Ambos en sus ratos libres se dirigen en sus pequeños rodados a las localidades cercanas (Hughes, Wheelwright, Pergamino, Rojas) y de esta forma recorren al año miles de kilómetros. La bicicleta es una pasión que los llevó a conocer lugares inhóspitos y “gozarlos” de una forma completamente distinta que el común de los turistas, además de “gastar” mucho menos dinero. La segunda aventura los llevó a arriesgar sobre una distancia de 500 kilómetros y en una zona de montaña que les exigía un esfuerzo adicional a sus piernas. El camino entre la población de Bariloche y la isla Chiloé fueron recorridos por los dos colonenses cubriendo en una semana el trazado impuesto. Año 2003 En las bicicletas Cuneo y Giara-mita llevan to-do lo necesario. Entre envolto-rios y correas de seguridad trasladan una carpa, utensilios para cocinar, ropa y bolsas de dormir. La planificación del viaje en los meses previos al cruce fue minucioso. Los ciclista decidieron finalmente la ruta que se seguiría para unir los 750 kilómetros que separan Colón de Colonia Uruguay. Las poblaciones que se visitarían serían: Rosario, Victoria, Gualeguay, Gualeguaychú, Fray Bentos (Uruguay), Nueva Palmira, Carmelo y Colonia. En Rosario debieron superar algunos inconvenientes, pero finalmente fueron los primeros en abordar la lancha que une Rosario y Victoria y que cumplían el primer viaje luego de un largo periodo donde el servicio no se prestaba. Por ese motivo fueron reporteados por Canal 3. Carlos Cuneo relata que en la población uruguaya de Dolores se le rompieron los cambios de la bicicleta. En el lugar donde repararon el inconveniente y debido a un descuido olvidaron la mochila que contenía dinero, tarjetas de crédito y documentos. Al llegar a la primer población hicieron la denuncia policial. La sorpresa fue cuando el propietario de la estación de servicio le envió por colectivo –luego de ubicarlos- la mochila con todo el dinero y la documentación. El regreso lo realizaron en buquebús y ya en Buenos Aires con una combi hasta Colón. A su llegada dijeron que lo más destacable de la travesía: “ es la gente que en cada población que recorren los reciben con una gran simpatía y hospitalidad”. |