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06/02/2003
Un ejemplo de trabajo

A Dios rogando y con el mazo dando


sandia5 (15k image)La comunidad evangélica del Santuario de Fe de calle 20 y 49, tiene una granja donde cosechan verduras, crían pollos y gallinas ecológicas. El objetivo es abastecer los comedores comunitarios.


El pastor de nacionalidad japonesa Luis Yonamine tenia en carpeta desde hace tres años la creación de una granja para abastecer los comedores comunitarios que la Iglesia posee en nuestra ciudad.


A partir de la última parte de 2002 el proyecto agropecuario con una producción intensiva comenzó a hacerse realidad.


Por un lado, la comunidad evangélica apunta a abastecer a los cuatro comedores donde se atienden a 300 chicos carenciados y el centro ubicado en barrio Belgrano donde concurren personas de la tercera
edad.


En segundo lugar, la granja serviría para crear puestos de trabajo. En el presente, tres jóvenes colonenses trabajan produciendo todo tipo de hortalizas y verduras.


El inicio de la granja comenzó cuando Luis Yonamine trajo desde Japón una importante doncaión con la cual adquirieron cinco hectareas situadas camino al matadero y apenas a 100 metros del frigorífico Nuevo Colón.


El esfuerzo de Yonamine y un grupo de jóvenes se vio recompensado. En apenas cuatro meses de trabajo funciona una huerta ejemplar que abastece a los comedores y que además comercializa la producción en verdulerías y a personas particulares que concurren al lugar a comprar.


Las verduras y hortalizas se cosechan en parte intensivamente en un vivero especialmente diseñado y el resto en forma extensiva en el campo.


En la granja funciona un vivero de flores que en los próximos meses se ampliará. La primer producción de flores fue vendida en su totalidad a la conocida florería Van Giu, ubicada en 49 y 16.

La producción


El visitante se sorprende por la diversidad de hortalizas y verduras sembradas. En este sentido, algunas son exóticas como la berenjena japonesa que no tiene semillas y son más fácil de preparar en pizzas etc.


En otro sector maduran las sandías brasileñas que ante la incredulidad del paseante maduran colgadas en el aire. El motivo del dispositivo es que las mismas no tengan marcas cuando salgan a la venta.
Los pepinos japoneses son los más buscados por el consumidor.


Los mismos no tienen semillas y además carecen de la acidez característica. La producción de la granja se completa con calabazas, repollos (común y colorado), acelga, hinojo, albahaca, melón, lechuga, tomate, morrones, cebolla de verdeo, sandía común, melones.


La producción es intensiva. En pocos días más se cosechará la lechuga arrepollada, pero en el mismo cantero ya crecen las plantas de tomate que tienen 30 centímetros de altura.
Los precios son accesibles y la calidad de lo producido es de primer nivel.


Los jóvenes que trabajan en la granja nos dicen: “esto que se observa se logró en apenas tres meses, el proyecto es muy amplio y estamos muy entusiasmados con los logros”.

Las ponedoras


En otro sector de la granja se sitúa un galpón donde se crían ponedoras y pollos ecológicos. La producción se lleva a los comedores que atiende la iglesia y el sobrante sale a venta. El principal objetivo es el autoabastecimiento de los centros de atención alimentaria.
Cabe destacar que la iglesia no recibe ayuda estatal, ni de la Municipalidad de Colón.


En los próximos días se adosará al proyecto dos vacas Holando Argentino destinadas a la obtención de leche fresca. El sobrante de la producción será volcada en una primer etapa a la producción de dulces y otros derivados lácteos.


También en la quinta existe un sembrado de soja. La misma una vez cosechada ingresará al circuito solidario de alimentación a los más necesitados.

Más necesitados


En conversación con las personas que atienden los comedores, existen algunas señales preocupantes. La contención a las personas que llegan es muy grande pero diariamente las necesidades se amplían. Ya no solamente se le brinda un plato de comida, si no que se le da ropa, calzado y en algunos casos se higieniza y se despioja a los más pequeños.


La realidad es muy dura. No solo se atiende a los menores carenciados, si no que la ayuda se amplia a toda la familia y en muchos casos la madre lleva una olla con comida para alimentar al resto de los que habitan la casa que no pueden acceder a las calorías mínimas que necesita un ser humano por estar desocupados.


En los próximos meses el Centro que funciona en cercanías de 56 y 11, y que fue totalmente remodelado será un centro de atención a personas jubiladas que sufran necesidades económicas.


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