|
|
26/12/2002 |
Febrero Un lugar en el mundo. El Anillaco de Menem Colón Doce visitó Anillaco: las ostentosas mansiones que la década de poder menemista permitió construir. Un dique que jamás se inauguró y la famosa “pista de aterrizaje”, producto de tantas polémicas. |
Le contamos la verdadera historia de un pueblo “oasis” en medio de un desierto de pobreza. El sol brilla con intensidad en la tarde de La Rioja. La temperatura alcanza los 36º y la sensación térmica se acerca a los 38º. Por la ruta casi no se ven circular vehículos. Da la sensación de que los habitantes de la región hubieran huido. La desolación que provoca este lugar de nuestro país se acrecienta a medida que nos internamos en la geografía del lugar. La famosa frase “Dios atiende en Buenos Aires” se vuelve realidad en este territorio tan castigado por la aridez de su clima y su suelo. El cartel indica que solo queda un par de kilómetros para llegar al lugar que nos dirigimos: Anillaco. Pero hacemos nuestra primer parada para conocer una “obra” polémica construida en la época en que el Dr Carlos Saúl Menem ocupaba el sillón de Rivadavia. Los medios capitalinos viajaban hacia el lugar para tomar imágenes aéreas de la obra, mostrando esta pista de aterrizaje que se encuentra paralela a la ruta que nos conduce a Anillaco. La pista La entrada a la pista de aterrizaje se encuentra cerrada por un portón con varios candados. En el sitio hay varios turistas que quieren conocer la pista que dio origen a tanta polémica. la misma consiste en varios cientos de metros asfaltados y tiene la misma iluminación que la usada en los aeropuertos nacionales. “Cuando viene Menem se coloca al costado de la pista banderas de Argentina y de Siria intercaladas”, comenta la gente del lugar. Es increíble que se haya invertido tanto dinero en una obra que se usa solo un par de veces al año, cuando con solo mirar los pueblos de alrededor se puede comprobar las carencias y necesidades no satisfechas de las personas que allí viven, pero Menem es una mezcla de santo y prócer para los habitantes de esta provincia, en especial para los residentes en Anillaco. Es un pueblo pequeño y parece un paraíso en medio de la desolación del lugar. Las calles están casi en su totalidad asfaltadas, cosa muy rara en la región. A la entrada de Anillaco se encuentra una hostería construida en los tiempos de gloria de Menem y es ahí donde se albergaban los funcionarios y políticos que visitaban el pueblo natal del ex presidente. Este paraje es de gran lujosidad y posee los mismos servicios de los hoteles de mejor categoría de Buenos Aires. Su propia calle Cuando llegamos a la plaza notamos una particularidad: la misma se encuentra cercada por un pequeño paredón de unos 40 cm de altura. Enfrente se encuentra la iglesia del pueblo, ubicada en la calle que lleva como nombre el personaje que hizo conocido a este lugar olvidado del mundo: Carlos Saúl Menem. En diagonal a la plaza se encuentra una de las bodegas que son de su propiedad y que da trabajo a mucha gente. “De alguna forma u otra todos aquí trabajamos para el Sr. Menem, ya sea en sus empresas, como empleados públicos o de lo que vendemos a los turistas que se acercan a conocer el lugar, nos comentó María, dueña de un negocio de productos artesanales. En el mismo se pueden adquirir desde vinos regionales y ponchos hasta productos como por ejemplo tazas o mates con la imagen de Menem y Cecilia Bolocco. “La Rosadita” Recorriendo las calles nos encontramos con uno de los lugares más buscados por los turistas: la famosa “Rosadita”. Esta pequeña mansión, propiedad de Zulemita Menem, fue el epicentro de varias reuniones políticas y también fue, y es, usado como descanso. Posee un inmenso parque prolijamente cuidado y uno de los custodios expresa a Colón Doce: “Cuando el Dr. se encuentra en el lugar y vienen turistas que quieren saludarlo, yo le aviso y él se acerca gustoso. La represa Siguiendo el circuito turístico de Anillaco nos dirigimos a las afueras de la ciudad, en donde se encuentran los vestigios de lo que, en algún momento, iba a ser una represa hidroeléctrica. El presupuesto invertido fue de varios cientos de miles de dólares. La obra no pudo utilizarse nunca ya que en uno de sus costados se produjo una enorme fisura que la divide en dos. |