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26/12/2002 |
Marzo Cuatro jóvenes avistaron un ovni Un testigo presencial relató el momento de la particular observación: los adolecentes se encontraban en un campo cercano a El Triángulo |
La tarde estaba en calma y había buena visibilidad. En el horizonte se posaban una línea de nubes grises cargadas de aguas. Los adolescentes y niños se hallaban en el predio bautizado Video Club “La Quinta” situado en cercanías de “El Triángulo”. En el lugar se encontraban cuatro niños. La primera que avistó el objeto desconocido fue Romina, una nena de seis años que estaba junto a Lucas Matías Luna, de 16 años. La menor señaló el horizonte e indicó un lugar en el cielo diciendo: “Mira un barrilete”. Su compañero le contestó: “Es demasiado grande”. En cercanías de la casa se encontraban Yamila y Lucas de 11 y 12 años respectivamente. Según el relato de Lucas Luna, «el objeto en un primer momento parecía una bandada de pájaros pero cuando se fue acercando hacia nosotros el sol hacía brillar a una especie de disco que giraba a mucha velocidad». El adolescente agregó que “en un primer momento no lo podíamos creer pero era como un plato invertido y los rayos de sol parecían traspasar al material». El avistamiento duró cinco minutos. Según el adolescente, al llegar a su casa del barrio Belgrano, le contó la experiencia a su familia. Colón Doce al enterarse de la situación entrevistó a Luna. El adolescente, delante de sus padres, repitió como ocurrieron los sucesos. En el relato existen dos puntos en común con otras experiencias de avistamientos ocurridos en diversos lugares del mundo. La primera tiene que ver con la presencia de los Ovnis en cercanías de fuentes de electricidad. El joven nos dijo: “ No puedo calcular la distancia que estaba el objeto pero pude observar que se trasladaba en forma paralela a los cables de electricidad”. “ El movimiento era lento, parecía como si fuera transparente y por momentos tenía un gran brillo. En los espacios de mayor brillantez se podía observar como giraba rápidamente. La distancia no la pude calcular pero no me cabe dudas de que se trataba de un objeto muy grande”. Le preguntamos si estaban asustados y contestó : “Estábamos asombrados”. El segundo punto en común que tuvo la observación con otros relatos de experiencias similares es la existencia de agua en el lugar donde aparecen estos denominados “platos voladores”. Matías Luna nos contó : “ El objeto se trasladaba por detrás de El Triángulo y se dirigió hacia la parte del puente Santamarina, aunque a bastante distancia, luego enfiló hacia el lado de lo que sería Sarasa y se perdió a gran velocidad en los nubarrones que había en ese momento en el horizonte”. Colón Doce hizo que repitiera nuevamente el relato de la experiencia y no hubo contradicciones: “ Lo que más nos llamaba la atención era que parecía traslucido y como se trasladaba, parecía que flotaba”. El adolescente agregó “ no tuve miedo pero si ansiedad, al llegar a mi casa lo primero que hice fui a contarle a mis padres, seguramente habrá gente que no va a creer pero realmente estoy diciendo la verdad”. Los padres de Luna además relatan la excitación que tenía el adolescente a su llegada a la vivienda luego de vivir la experiencia. Lo notable es que a Colón Doce llegó un relato similar. En esa experiencia creímos que faltaban pruebas para publicarlo y podría deberse a un fenómeno atmosférico. En este sentido los hechos relatados fueron vividos por Gustavo A. El adolescente se encontraba pescando a poco más de doscientos metros del puente Santamarina. El pasatiempo era compartido con un amigo. Ambos muchachos, llegando el atardecer, observaron como si fuera una nube oscura que se acercaba en dirección al arroyo y que giraba rápidamente. El susto les ganó la partida y al comprobar que el avistamiento seguía, tomaron sus bicicletas y regresaron a sus casas. Los relatos son creíbles y los testigos no tienen ninguna relación entre ambos. Los lectores podrán creer o no, pero de algo estamos seguros: lo que afirman los adolescentes es lo que ellos vivieron o sintieron. Además sabemos la extensión del fenómeno Ovni. La zona de Colón no es muy propensa a estas observaciones, pero en las últimas décadas se habló mucho del tema. En algunas ocasiones los que avistaron los objetos no quisieron dar testimonios para que no “pensaran que estaban locos”. En este sentido sabemos que existieron otros dos casos en cercanías del denominado “Puente del Hospital”. En Sarasa En la década del 60, tomó estado público un caso que sucedió en un campo cercano a Sarasa. Una mañana en el predio de la familia Cavalero apareció un gran círculo de pasto quemado. La noticia rápidamente llegó a la ciudad y fueron muchos los colonenses que se trasladaron al lugar. La polémica se desató. Las personas que creían que el círculo quemado era la huella dejada por un plato volador, afirmaban que era imposible lograr una circunferencia tan exacta apelando a algún tipo de combustible. Además, por los rastros dejados incluso bajo la tierra, el lugar se decía que había sido expuesto a muy altas temperaturas. Los detractores de los “platos voladores” argumentaban que se trataba de una “broma pesada” organizada por algún empleado del lugar. La situación no pudo ser aclarada y el círculo quemado pasó a ser otros de los misterios sin develar. La mitología El fenómeno Ovnis es parte de los mayores misterios que tiene la humanidad. Los contactos se dividen según la experiencia en primer, segundo y tercer tipo. Los jóvenes colonenses solo tuvieron un contacto de primer tipo debido a que solo divisaron un objeto volador no identificado. Las experiencias donde se observa un presunto extraterrestre son de segundo tipo y la de tercer tipo es cuando existe el contacto físico y se intercambian un dialogo. En la región en el año 1985, tomó estado público a nivel nacional la aparición de enanitos verdes en la ciudad de Pergamino. Las personas que lo observaron relataron su experiencia a decenas de revistas y programas de televisión de aquella época. En un momento circularon fotos de la experiencia pero no hubo un dictamen contundente sobre si eran fraguadas o no. Según los entendidos el fenómeno producido en la vecina ciudad no tuvo que ver con el denominado fenómeno Ovni, si no con apariciones de estos enanos que pueden tener diversos colores y que en otras partes del mundo gozan de gran creencia como Inglaterra, Irlanda y Alemania y donde son denominados Gnomos. |