|
|
28/11/2002 |
En el camino de la inseguridad Un menor de nueve años robo en un comercio El hecho sucedió la semana pasada en nuestra ciudad. ¿Estamos preparado para asistirlos?. ¿Existe un proyecto para sacarlos de la problemática?. |
El hecho puntual nos debe llevar a una profunda reflexión. El tema no es sencillo e implica de las autoridades municipales y de la justicia actuante en minoridad líneas de acción acordes a los tiempos que vivimos. En una estación de servicio de calle 48 y 19, un menor de 9 (nueve) – en la pasada edición la rapidez de la noticia nos llevo a equivocarnos y poner 11 años- se apropió de casi 500 pesos. No son los únicos casos de menores de 10 años que delinquen. En primer lugar deberemos entender que son chicos, que no son “demonios” y que estamos a tiempo de corregir estas conductas. La Municipalidad de Colón debería contar con un equipo preparado de profesionales (psicólogos, médicos, asistentes sociales) para “desembarcar” en el seno de las familias que tienen estas problemáticas y trabajando conjuntamente con la Jueza de Menores brindar las soluciones respectivas, dando contención y asistencia a los que recorren esta problemática. La inseguridad no solo se combate con una buena policía o con vigiladores callejeros si no también con equipos de contención que lleguen a tiempo donde está la raíz del problema. En este sentido, otras comunas lo llevan a la práctica con excelentes resultados. Nuevamente decimos si no pueden “crear” traten de estar atento para “copiar” El camino del delito En una ciudad como Colón se puede seguir el camino del delito que recorren los menores. En los últimos tiempos “los enemigos públicos número uno” que asaltaron a mano armada infinidad de negocios comenzaron su carrera delictiva “ con travesuras” que en muchos casos pasaron desapercibidas. En este sentido, cuando estos chicos tenían 11 o 12 años formaron pequeñas patotas, que en barrio Mirador del Lago o en 17 y 47 y pedían peaje “para pasar” a otros menores de igual o mayor edad. Si la víctima no lo hacía era “corrida” o “golpeada”. En una etapa posterior robaban en los comercios cuando sus propietarios se “descuidaban” o ingresaban por la ventana de una casa mientras el ama de casa realizaba a la mañana tareas de limpieza y se llevaban el monedero o alguna otra pertenencia valiosa. Algunos de estos chicos fueron detenidos pero no hubo “contención” ni de sus familias ni del propio Estado. El tiempo pasó y algunos de ellos pasaron a una tercera etapa como robar los almacenes y carnicerías durante la noche. También fueron detenidos, pero nuevamente la ausencia de contención “brillo” radiante. Algunos de estos jóvenes pasaron a la cuarta etapa: el asalto a mano armada. En el presente son detenidos y cumplen penas en los calabozos de nuestra ciudad. La quinta etapa seguramente vendrá, pero no nos animamos a describirla. La pregunta es ¿ Que le hubiera costado (económicamente) menos a la sociedad? ¿ Llegar a tiempo con asistentes preparados o haberlos dejado seguir su camino libremente?. Aquellos que ocupan puestos de decisión deberán realizar un “mea culpa”.
|