Las muertes violentas en Colón

La provincia de Buenos Aires lleva registradas 1655 muertes violentas en lo que va del año. Son siete por día. En Colón a partir de l995 hubo 11 muertes dolosas.

La provincia de Buenos Aires tiene un triste récord desde el 1º de enero al 31 de agosto pasado hubo 1655 muertes violentas.

La mayoría de los casos tuvo lugar en el conurbano bonaerense: La tasa de homicidio llegó a 14.53 cada 100 mil habitantes, por encima de los 12 de Nueva York y muy lejos de los 25 de México D.F.
Los siete homicidios diarios duplican la media que existía en 1991 que era de 3.6 homicidios por jornada.
Cabe recordar que en 1991, se instaló la convertibilidad y desde ese entonces el delito violento comenzó a crecer junto a la recesión económica.

En territorio bonaerense desde el 1º de enero de l991 al 31 de agosto de 2002, hubo 15.385 homicidios do-losos . El promedio es de 1282 muertes por año.

Por otro lado, en la Provincia en el 2001 hubo 300 mil delitos. En Buenos Aires ocurrieron el 25 por ciento de los hechos criminales del país.

Un dato obliga a repensar la política de prevención. La cantidad de menores detenidos se incrementó el 92 por ciento respecto al 2001.

En Colón

Colón Doce buscó en sus archivos y podemos señalar que desde 1995 hubo en nuestra ciudad 11 homicidios dolosos. En esta estadística excluimos los culposos (accidentes de tránsito)
El año 1995 hubo tres casos constituyéndose en un triste récord.

La estadística nos indica que tres se cometieron en zona rural y ocho en zona urbana. Los de zona urbana uno ocurrió zona céntrica y siete en barrios de la ciudad. La policía resolvió nueve casos donde se identificó claramente al culpable. Uno de ellos ocurrido en Barrio Belgrano (Portales) quedó sin resolver y muy pronto ingresará a Juicio Oral y Público el de Patricio Matcovick donde existe una persona joven procesada.

Las víctimas fueron cuatro mujeres y siete hombres. En cambio los asesinos fueron 10 hombres y 1 mujer.

Entre los homicidios dolosos ingresamos el caso de la beba muerta luego de una larga agonía por golpes dados por la madre.

En cuanto a los asesinos existen ocho en libertad y dos presos uno de ellos recientemente trasladado de la Unidad Penitenciaria de San Nicolás a una cárcel del sur del país.

En dos homicidios los que ejecutaron a la víctima fueron menores. (Uno a un mayor y otro a un menor).
Las causas de los homicidios fueron tres pasionales, tres ataques de ira, uno aparentemente ajuste de cuenta por drogas, dos casos de inseguridad .

( uno mataron al ladrón y el otro los ladrones mataron al cuidador del campo).
En un caso un menor mató a otro menor (Rodríguez) y una madre golpeó a su hija que luego falleció en el nosocomio local.

La forma utilizada fueron: en cinco casos armas de fuego , tres casos arma blanca (cuchillo), un caso objeto contundente, un ahorcamiento y en el de la beba a golpes.

Entre los cinco casos que usaron armas de fuego dos usaron revólver, dos escopetas y uno un viejo pistolón.

Una sola arma de fuego no fue recuperada por la policía.

Suicidios

La tasa de suicidios en Colón en la segunda mitad de la década del noventa es preocupante. En total por nuestros registros se produjeron desde 1995, un total de 25 suicidios. A pesar de esta estadística impresionante no se creó ninguna unidad municipal (médicos, sicólogos y sociólogos) con profesionales preparados para la asistencia a suicidas ni tampoco a familiares que luego de ocurrida la tragedia debe atravesar un largo drama que muchas veces queda sin resolver.

Los números exactos son determinantes. Desde el 1º de enero de l999 hasta nuestros días hubo un total de trece suicidios. Tres mujeres y diez varones.

Los suicidas utilizaron en siete casos armas de fuego (revólver y escopetas), dos personas murieron por sumersión (Lago Municipal). En tres ocasiones la víctima eligió morir por ahorcadura y un caso el fallecimiento se produjo por atropellamiento de un vehículo.

En las tres mujeres fallecidas una anciana eligió un arma de fuego (escopeta), una sumersión y la restante se tiró bajo un vehículo.

En los casos de los hombres tres fallecieron por ahorcamiento, seis por armas de fuego y uno eligió morir sumersión (Mirador del Lago).

Explosión

En la segunda mitad de la década de los noventa se produjo una explosión de suicidios. Los casos tuvieron tanta trascendencia que Crónica T.V se llegó a nuestra ciudad para investigar las series de muertes y hasta se llegó a decir y a sospechar que había un asesino serial entre nosotros.
En pocos meses y solamente separados por tres cuadras se habían producidos cuatro muertes de ancianos por ahorcamiento. Este pico se produjo en l997.

También hubo muertes de adolescentes abandonadas por sus novios. En este sentido se produjeron dos hechos puntuales. Una de ellas se suicido con pastillas y la última apeló a un revólver de fuego que llevaba en su mochila escolar.

Los delitos

El delito contra la propiedad privada también en la década de los noventa hizo su explosión. En los ochenta un asalto era algo excepcional. En el año 2000 según nuestros registros se produjeron 34 asaltos a mano armada. La investigación policial y el encarcelamiento de algunos delincuentes hizo que disminuyera la tasa estadística de este tipo de delitos.

A principio de los noventa él delito en auge era el robo de pasacasets. Los mismos se realzaban entre miércoles y jueves porque según las versiones callejeras los jueves ingresaba el reducidor.

En los tres últimos años los malvi-vientes para hacerse de dinero fácil se volcaron a los ciclomotores y bicicletas. La cantidad de bicicletas hurtadas ya debe superar largamente las 800 por año entre los hurtos que se denuncian y los que se resignan.

En cuanto a los ciclomotores en los últimos tres años superan largamente los 150.
El número es muy alto para pensar que es obra de tres menores desorganizados. Tras los hurtos de este tipo de rodados con seguridad existe una aceitada organización que tiene varias etapas.

En la primera jóvenes ( la mayoría menores) levantan los pequeños vehículos a cambio de una insignificante paga por unidad. El segundo eslabón son los que reciben los rodados y los almacenan. La tercer etapa es el transporte a localidades vecinas y el ingreso de los rodados al circuito de comercialización.

Una operación a este escala no puede pasar desapercibida para los policías e investigadores y más por un término de tres años.

El otro delito de magnitud es el abigeato. Los cuatreros han matado en el partido de Colón desde 1995 a más de 250 vacunos. Un solo productor perdió en los últimos años, 40 cabezas de bovinos a manos de los delincuentes. El daño realizado supera a los actuales valores de la hacienda, los 200 mil pesos.

El último rubro de los delincuentes es el robo de herramientas de los talleres. El mismo en el último año tuvo un explosivo crecimiento.