Como todos los años, el diccionario Oxford seleccionó una palabra que destacó por su uso y caracterizó al año transcurrido. Posverdad fue la elegida para el 2016. Posverdad es un neologismo que describe la situación en la cual, a la hora de crear y modelar opinión pública, los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales. En cultura política, se denomina política de la posverdad a aquella en el que el debate se enmarca en apelaciones a emociones desconectándose de los detalles de la política pública y por la reiterada afirmación de puntos de discusión en los cuales las réplicas fácticas -los hechos- son ignoradas. Se resume como la idea en "el que algo aparente ser verdad es más importante que la propia verdad". En abril de 2010 una revista norteamericana humorística llamada Grist, especializada en información medioam-biental, publicó un artículo en el que, por primera vez, se hablaba de "política posverdad". El inventor del término, David Roberts, se refería a los políticos que negaban el cambio climático, pese a toda la evidencia científica que existía al respecto. El periódico inglés "The Economist" lo volvió a poner en el eje de la discusión sobre teoría política y comunicación cuando en su tapa tituló un artículo referido a Donald Trump: El arte de la mentira. La política de la posverdad en la era de los medios sociales. Desde su invención se viene estudiando la influencia de los medios de comunicación y su efecto concreto en sus "consumidores" Como modelo del predominio que pueden ejercer los mismos sobre la opinión pública y como las "masas" o la gran mayoría de la población puede elegir aún en contra de sus propios intereses se mencionan como ejemplo las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la salida de Inglaterra de la Unión Europea conocida como Brexit, el impeachment de Dilma Rousseff y el acuerdo de paz en Colombia El colonialismo informativo es esencial para dominar, porque como bien decía John William Cooke: la politización de la clase dominante implica la despolitización de las clases dominadas. No pensar, no actuar, no vivir. El discurso del presidente Mauricio Macri en la apertura de de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación se relaciona con el término elegido por el diccionario "Oxford" y es un prototipo más de se viene exponiendo sobre "posverdad". Hubo abundante negación absoluta de los datos concretos de una economía estancada, sin la menor sensatez ni prudencia. Una cosa es "maquillar" la situación y otra engañar deliberadamente. Jean Baudrillard, sociólogo y crítico de la sociedad de consumo, teorizó también sobre la opinión pública y sugirió que la misma no existe, que se trata de una "creación" o "construcción" de los medios, de las encuestas y otras formas de concenso. Vivimos en una "Matrix" protegidos porque no queremos realmente conocer que afuera, en el mundo cotidiano y real, suceden cosas que no queremos enfrentar, que preferimos que se ocupe otro de realizar. Nos acostumbramos a que nos manipulen, que nos digan que pensar, que debemos comprar o consumir. Si nos quitan derechos nos resignamos y creemos firmemente que debemos "hacer el sacrificio", porque "existe una luz al final del túnel". Mientras tanto vivo en el mismo. Y es cada vez más largo y oscuro e incómodo. Pero no importa. Son muchos lo que se acostumbran a tener este estilo de vida. Así que debe ser lo "normal" Hace mucho tiempo, años atrás leí en un blog de Clarín, el gran diario argentino una frase del periodista Miguel Wiñazki: "Los estafadores son comunicadores, que cuando comunican mienten. Esas mentiras parecen verdaderas. Son maestros de la apariencia. Y las apariencias engañan. Los estafadores suelen ser afectos a las represalias, a las revanchas tribu-nalicias avalados por sus aves negras. Lo hacen aunque no tengan razón. Sobre todo, si no tienen razón. Hay que tener mucho cuidado con ellos. Esquivan los escrúpulos. Y tienen la sartén por el mango" ¿Habrá sido un presagio porque hace mucho tiempo ya planificaban estos tiempos que se viven donde lo real parece escindido de la realidad mediatizada y del discurso de un gobierno, en donde no existe desempleo, ni ajuste brutal, ni tarifazos, ni corrupción? Y aun así, de este cerco mediático que contrasta cuando uno ve la televisión o escucha la radio de cuando abre la heladera, sale a la calle, o llega el día 15 y tiene que hacer malabares para llegar a fin de mes, la realidad empieza a emerger y quizás la luz empiece a abrir "nuestros ojos" y comenzamos lentamente a "despertar". Porque es una verdad insoslayable. Quizás por eso las encuestas dieron una baja de al menos 10% en la imagen del presidente Mauricio Macri y su asesor "estrella" Jaime Durán Barba, empezó a dar signos de preocupación frente a la erosión de su propia creación y dejó por un momento el marketing y la propaganda para tratar de hacer foco en el impacto que están teniendo las medidas económicas y los "errores" del gobierno. Su resumen en una de las ultimas reuniones de gabinete parece que fuera un invento mismo, como la pólvora: "No se puede gobernar haciendo tonterías". Por supuesto que no. No existe la ley para ser "felices". Y los ciudadanos no viven en el túnel para siempre. Porque las grietas existen. Y cuando comienza a "filtrarse" la luz, y ya no se puede "tapar el sol con un dedo", es ahí cuando surge la "verdad" de los pueblos. *Licenciada en Comunicación Social
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