En marzo de 2015, una trama que se fue tejiendo de dos muertes venía de larga data. Los hermanos heredaron un campo, pero uno de ellos era el que manejaba económicamente el predio y esto llevó a los hombres a fuertes discusiones que terminaron con la muerte de ambos. Según se pudo reconstruir, Nicolás Depaoli de 57 años, habría tenido un fuerte entredicho con su hermano Luis María Depaoli de 54 años cerca de las 7 de la mañana. El mayor habría tomado una escopeta calibre 16 y disparó contra el menor. El cuerpo apareció bañado en sangre y en los primeros momentos se pensaba en un hecho de inseguridad debido a que tampoco se encontraba el arma. Sin embargo, Nicolás Depaoli apareció poco después en un dormitorio de la vivienda de su propiedad con un disparó en la cabeza. El productor rural se habría apoyado la escopeta debajo del mentón y apretó el gatillo. Los hermanos vivían separados por una medianera. Uno de ellos, el presunto suicida manejaba el dinero, mientras que el otro todo era analfabeto. Las largas discusiones por razones económicas terminaron en una tragedia que enlutó la localidad. En febrero de 2014, Silvia Ciarrocchi atendía el local en su propia casa de Rivadavia y Juan B. Justo, donde apareció muerta con un fuerte golpe en la cabeza. En un principio se creyó que era producto de un disparo. El asesino utilizó un martillo de cabeza tipo rombo. Tenía también lesiones en distintas partes del cuerpo y sobre todo en una mano, al parecer tratando de parar un golpe. Así fue como la encontró la policía tras el llamado de una vecina alertada por un proveedor de soda. El asesino nunca fue descubierto. Se habló que el atacante era un hombre domiciliado en la ciudad de Venado Tuerto. No hubo pruebas. Una amiga intima de María Bruno de Galeano (abuela de Lourdes) dio la pista. La habría matado con un objeto contundente que sería el palo de un secador de piso. En diciembre de 2007, la pequeña Lourdes María Palliota de siete años apareció muerta en el interior de una casilla de gas, frente a la vivienda de calle Chile al 540 de Wheelwright. El sitio se encuentra a menos de 50 metros de la casa familiar. En esa casa que pertenece a una familia de apellido Dahi (relacionado con Colón) habitan tres jóvenes; Juan Manuel (19), Diego Fernando (15) y Pablo Javier (13). Fue precisamente al mediodía que la novia de Juan Manuel, Anahí Gisella, se percató de un olor nauseabundo. Le avisó a su novio y juntos se acercaron hasta el lugar para luego avisar a la policía. El cuerpo de la pequeña se encontraba dentro de una bolsa de yute sintético, color blanca y estaba vestida con la misma ropa que había desaparecido. Su cuerpo estaba apretujado y con las piernitas encogidas en posición fetal. En el antebrazo habría tenido magullones de los golpes recibidos en una clara actitud defensiva. La niña fue vista por última vez cuando vestía una remera con un dibujo de Patoruzito y un pantalón pescador turquesa con rayas blancas, sandalias de goma de color crema y llevaba consigo un plato plástico, color rojo. La asesina fue la abuela que dos años después murió en la alcaidía de Melincue. La mujer se enojó porque la nena habría embarrado el piso. Se debe recordar que en el momento que la nena habría llegado a la casa mojada por el efecto de la lluvia, la abuela pudo estar secando el piso. En ese momento la mujer retó a la nena y llegaron los primeros golpes que dieron en el antebrazo. Luego la nena se pudo dar vuelta para escapar y es allí que le pegó en la espalda y luego fuera de si y utilizando el palo del secador como si fuera un bate de béisbol la habría golpeado en la nuca (entre axis y atlas). El golpe habría “desnucado” a la nena. La abuela entonces al darse cuenta de lo sucedido la escondió bajo la cama primero y luego con el correr de las horas la cambió de lugar probablemente al techo de la vivienda. La testigo que declaró (amiga íntima de la abuela) habría visto el cuerpo de la nena debajo de la cama. También se encontraron en ese sitio rastros de sangre.
|