En la pampa húmeda ya no se habla castellano

El Pirincho con música de Los Chalchareros en el estomago por su ayuno forzoso, cuando recorre por inercia la última decena del mes, y ya siendo atardecer de una nueva jornada del famoso "segundo semestre" que algunos prometían que venía con un Papa Noel y que traía un pan bajo el sobaco, se juntó en el Bar La Milanesa con el gaucho "Matambre" (Hay que atarlo para meterlo en el agua) y el gaucho "Retrato de la abuela" (30 años en la cómoda).

El motivo era obvio. Ya no quedaba ni yerba secada al sol, ni almacén donde pedir fiado y para colmo no podían amenazar a nadie porque el facón lo habían empeñado en el bar "La mosca renga". Pero la única batalla que se pierde es la que no se da y esas mentes afiebradas de estos representantes de la pampa sojera, donde ya se canta canciones sureñas en inglés y los más románticos ya la traducen al mandarín. En este contexto, de miseria pero con alegría y globos amarillos, trataron de organizar una carrera de sortijas, con fines benéficos propios ( y de los otros dos compañeros) . El principal problema radicó es que los caballos ingresaron al servicio miliatr y una vez que fueron capturados, con lazos desde camionetas 4x4, los mandaron al conurbano y la ciudad de Rosario, con los gendarmes aparentemente y por los rumores para realizar la tercera Campaña del Desierto, debido a que sobran indios y faltan Cowboys. En ese contexto el Pirincho dijo "la patria es el otro y se manduco una pata de cuis asado cazado en las periferias del Lago Municipal".