Según se explicó, la maniobra consistiría en enviar la mitad de los efectivos policiales prometidos a los operativos de seguridad de los partidos de fútbol que se jugaron en la Provincia y, al mismo tiempo, cobrar como si hubieran asistido todos. Según se informó, la Superintendencia definía el nivel de riesgo de cada partido y así determinaba el número de efectivos. Sin embargo luego enviaba la mitad o el 40 por ciento de lo prometido a los clubes. De este modo, según lo denunciado, los dirigentes pagaban la cifra original y el pago se hacía en la comisaría más cercana al estadio. Los responsables de Asuntos Internos descubrieron que los jefes policiales se quedaban con la diferencia de dinero. Este es el cálculo al que llegó la Dirección de Asuntos Internos de la fuerza de la Bonaerense y la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide). Fuentes de ambos organismos detectaron que "la Policía se quedaba con la mitad del dinero que se pagaba por la seguridad en los partidos de fútbol". Según el Informe de Inspección "desde el 14 de febrero hasta el 13 de octubre de este año los efectivos que concurrieron para el total de los partidos de las divisiones de fútbol de la A hasta la D fueron 69.040. Sin embargo, en muchos casos figuraban el doble", confirmó Juan Manuel Lugones titular de la Aprevide.
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