Editorial por Cynthia Calvigioni
¿El dolor tiene cara de mujer? "Yo solía pensar que era la persona más extraña en el mundo, pero luego pensé, hay mucha gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra y dañada de la misma forma en que yo me siento. Me la imagino, e imagino que ella también debe estar por ahí pensando en mí. Bueno, yo espero que si tú estás por ahí y lees esto sepas que, sí, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como tú". Frida Kahlo
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El sábado por la mañana el destino de Lucía Perez daría un giro inesperado. Con apenas 16 años y con artilugios que lograron engañar a la joven fue llevada al lugar donde luego la drogaron, torturaron y violaron, lo que produciría finalmente su muerte. Una mujer muerta más, una mujer menos. "En mi carrera no vi nada igual porque esto se trató de un agresión inhumana", remarcó horrorizada la fiscal de la causa María Isabel Sánchez. Y me pregunto: hay agresiones que si pueden ser calificadas de "humanas"? Su foto emana una sonrisa. Un piercing en su boca y su pelo con rastas parece inmortalizarla ese rostro en una edad que estaba adoleciendo: una etapa en la que se lucha por la identificación del Yo y por la estructuración de su existencia basada en esa identidad, un período marcado por conflictos y resistencias. Ella estaba comenzando a crecer, a soñar, a enamorarse. A ser mujer… Ese mismo día 70 mil mujeres se encontraban reunidas en Rosario, autoconvocadas, federales, con una visión integradora y plural. Allí en talleres previamente organizaron se discutieron temas como Mujeres y sexualidades, Mujeres y lucha contra las drogas y el narcotráfico, Mujeres, violencia y maltratos, Violencia, abuso y acoso sexual, Femicidios. En todos cada uno desde su profesión o vivencia intentó aportar alguna idea que pudiera minimizar los daños que producen cada una de las problemáticas planteadas. Fue un domingo distinto. Mientras miles de mujeres luchaban simbólicamente en el terreno de las ideas para que las relaciones de opresión y de explotación dejen de existir como instrumentos de dominación, en Mar del Plata moría otra mujer víctima de femicidio. Estas mujeres estaban debatiendo sobre mandatos sociales, no quieren ser sumisas ni obedientes. Quieren enfrentar los cuestionamientos de orden "natural" y poder decidir sobre sus cuerpos, su sexualidad, su lugar en lo laboral y su rol en la política Y fueron brutalmente reprimidas. Eso fue tapa de todos los portales de internet y su reproducción como noticia en los medios nacionales. No fue la difusión de la magnitud y la riqueza de lo allí producido por las concurrentes al Congreso. Se quiso silenciar ese grito colectivo a través de balas de goma e invisibilizando este tema de "interés" para los diversos canales de comunicación que solo focalizaron en el disturbio que se produjo alrededor de la iglesia. Otra vez el árbol tapó el bosque. Sociedad de doble o triple moral. Que se escandaliza porque en una protesta una mujer muestre su pecho pero que durante años el programa de la televisión argentina con mayor rating en nuestro país fue uno en el cual su conductor le cortaba la pollerita y dejaba en paños menores a las mujeres, que eran cosificadas y convertidas en objetos, siendo sintonizadas por millones de televidentes que no solo no se "indignaban" sino que se reían y aplaudían cómplices la acción. Que salieron a mostrar su enérgico repudio frente a las paredes que fueron pintadas con expresiones feministas pero que se sonríen o hacen chistes cuando son "murales" o "expresiones" de odio y rencor entre hinchadas de futbol. Esos mismos policías que reprimían a esas mujeres son quienes luego pueden tomarles la denuncia en una comisaría y preguntarles con naturalidad entonces, sin una perspectiva de género ¿Qué hacías para que te pegara?, (como la famosa conductora de los almuerzos dominicales le preguntara a una mujer víctima de violencia de género) No seleccionemos la indignación. Reservemos la hipocresía para temas banales. Porque están matando a nuestras mujeres y no estamos reaccionando como sociedad con la seriedad y el compromiso de cada uno que amerita. Porque en Argentina una mujer muere cada 28 horas. Porque en un año cerca de 2000 niños se quedan sin madre y hasta son obligados a convivir con el asesino de quien los llevó 9 meses en su vientre. Porque ninguna clase social es excluida de esta "pandemia". La violencia nos está matando. Y muchos, con la ayuda de la educación familiar, escolar y del mensaje transmitido por los medios de comunicación y legitiman y reproducen estereotipos de género que reproducen violencia social y cultural. No es un asunto privado. Es un tema de todos y todas. Porque somos las redes de contención, la escucha. Porque la denuncia a tiempo, las políticas públicas, un Estado activo es lo que puede salvar a una mujer de su muerte por manos de un asesino que cree que es "suya", que "tiene derecho a matarla" y que ante un "NO" decide acabar con su vida. Trabajemos en erradicar el "algo habrá hecho" o "lo volvía loco, pobre muchacho" o "era una atorranta" (que solo producen solo estigmatización) por la empatía, la solidaridad social o el involucrarnos y seremos partícipes de una solución que se debe dar en el terreno de lo colectivo y lo social. Nos debe unir la lucha por la vida, porque la misma no sea arrebatada. Murió Lucía esta semana. Hace un tiempo fue Chiara, Angeles, Wanda, María Marta, Carolina, Rosana, Claudia….Vivas nos queremos. Para eso, todos y cada uno de nosotros, debemos luchar por ese objetivo. Y modificar (desde el lugar que nos corresponda asumir) el sistema patriarcal y de dominación que nos atraviesa el cuerpo y el alma para poder transformar, en un futuro no muy lejano, esta sociedad en una más justa y equitativa. El colectivo de mujeres, #NiUnaMenos convocó a un paro nacional de mujeres para el próximo miércoles 19 de octubre. Es una manera de empezar una batalla y exigir "Paren de matarnos" *Licenciada en Comunicación Social
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