Triple choque y milagro en la calle 47

El sábado pasadas las siete, nadie que observó el estado en que quedaron los vehículos (especialmente la camioneta 4x4), en el triple choque de 47 y 16, podía dar crédito que ninguno de los cuatro ocupantes pudieran salir de sus habitáculos sin un rasguño.

El incidente pudo costar la vida a varias personas, porque a esa hora hay gente que se queda dialogando a los alrededores del sitio de expansión nocturna, ubicado en calle 16 casi 47. Algunos de los presentes (vecinos del lugar del accidente), indicaban que primero escucharon una fuerte acelerada de un motor y que el sitio exacto sería cuando los dos autos involucrados se detuvieron en el semáforo en rojo de boulevar 17 y calle 47 y luego otra a mitad de cuadra y poco después se escuchó tres explosiones. Cabe des-tacar que en esa esquina existe frente a la Confitería "Lo de Victor" una cámara de seguridad con toma de 180 grados. El auto, marca Torino, color verde, conducido por Franco Zabala con domicilio en El Arbolito, quedó incrustado en el paredón blanco que sigue a la sede de Porteño F.C, por calle 47. En el pavimento y el césped y por una extensión de veinte metros se observaban las marcas de los neumáticos en una desesperada frenada. La Camioneta 4x4 patente VJZ 846, quedó de costado luego de derribar un pequeño árbol. El seguro dijo que tenía destrucción total.
Los dos jóvenes con domicilio en la localidad de Ascensión, Claudio Fernández y Aldo Díaz, al salir de lo que parecía una trampa mortal, no podían creer lo que les acababa de pasar. Ambos no tenían un rasguño. Colón Doce por la tarde pudo entrevistarse con ellos y negaron la versión de la "picada" y señalaron " veníamos por calle 47 y se cruzó un auto gris, allí por esquivarlo nos tocamos con el Torino y salimos disparados cada uno a una vereda distinta".
El tercer involucrado es una mujer que seguramente iba a su trabajo.
Se trata de Roxana Sosa con domicilio en calle 45 guiaba un Renault Megane, color gris, que quedó seriamente dañado en la parte delantera y que logró frenar a pocos metros del impacto, lo que indica que venía a una velocidad muy baja.
Por la tarde, amigos y vecinos trataban de ubicar al propietario del Torino que había apagado su teléfono celular. Los demás involucrados na-da sabían de su paradero.

Picadas ….picadas

Los domingos entre las 6 y las 8 de la mañana las calles céntricas colonenses en cada esquina se convierten en una ruleta rusa, para aquellos que salen temprano de sus casas con un vehículo para dis-frutar una jornada de do-mingo.
Siempre existen tres o cuatro autos que van y viene a mucha velocidad y como si la vida no les importara al cruzar una calle. Hace tres semanas fuimos testigos de un auto color gris, que iba por calle 20 y volvía a la zona céntrica a gran velocidad. El itinerario repetido como media docena de veces era para divertirse con sus amigos que lo acompañaban.
Un poco más atrás el accidente entre un automovilista que realizaba un trámite y un auto que parecía un bólido sucedió en calle 21 y 48. Uno de los autos quedó sobre la vereda. Así podemos enumerar infinidad de situaciones.
No quedan fuera de este relicario, las "picadas" en moto que en la mayoría de las veces utilizan como escenario el boulevard 17 después de calle 60, o la propia Ruta 50, o teniendo como alternativa calle 9 en el sector rural, y semiurbana.