La definición de la palabra "confianza" según el diccionario de la Real Academia Española es: Esperanza firme que se tiene de alguien o algo. "Confianza parlamentaria": Relación que une al Gobierno con la mayoría parlamentaria que lo sustenta y cuya pérdida determina su cese. "Voto de confianza": Aprobación y autorización que se da a alguien para que efectúe libremente una gestión.
"Que tus elecciones reflejen tus esperanzas, no tus miedos", proclamó Nelson Mandela. El 22 de noviembre de 2015, hace más de 10 meses, los argentinos decidimos en elecciones nuestro presidente. Esa decisión se basó en fundamentos racionales y emocionales. Un sector de la población voto a partir del temor que le generaba la continuidad del "oficialismo", otros con la convicción de que el candidato al que depositarían su sufragio cumpliría sus promesas de campaña. La confianza genuina en un futuro mejor fue el "motor" que "impulso" al "cambio" a miles de habitantes de nuestra tierra.
Ese cambio que encarnaba Mauricio Macri prometía bajar la inflación, eliminar el impuesto a las ganancias, pobreza cero, generar 1.500.000 de puestos de trabajo, otorgar un millón de créditos hipotecarios, no eliminar ningún derecho, cerrar la grieta y no perseguir a quien "piense diferente", que el dólar no iba a alcanzar los $15, entre tantas otras. El conocía el camino para lograrlo. Y muchos creyeron que serían peregrinos que transitarían por este nuevo sendero de "felicidad" en el que "no íbamos a estar solos", ya que "trabajaría mañana, tarde y noche para todos"
Pero en la historia de los seres humanos, y sobre todo en la política, la mentira, la simulación, para engañar deliberadamente a otras personas es una transgresión moral que, de acuerdo al grado de impacto en lo social y económico, la población tolerará.
"Miente, miente que algo quedará" es una frase atribuida a Joseph Goebbel, uno de los colaboradores más próximos a Adolf Hitler, famoso por su oratoria y estuvo a cargo del Ministerio de Propaganda nazi.
Esta semana y tras nueve meses de gestionar las políticas de estado del gobierno argentino, el presidente Mauricio Macri pidió ser "evaluado" a partir de los "datos oficiales" que el INDEC aporte.
Ese mismo INDEC dio a conocer el miércoles que uno de cada tres argentinos es pobre.
El pilar de la campaña de "Cambiemos" fue la promesa de "Pobreza cero": pero desde que asumieron su mandato el 10 de diciembre hubo que "agregar" seis ceros al uno. Con las políticas económicas de "shock" generadas en los primeros meses de gestión se generaron un millón de nuevos pobres. Este gobierno de "CEOS" estaba cumpliendo su verdadero objetivo.
Porque a las palabras se las lleva el viento y a las promesas se las llevo la campaña apenas culminó. Las palabras de autoconfianza y autoayuda fueron mutando. Pasamos del "podían vivir mejor" al "vivían demasiado bien".
Así las primeras medidas fueron decisivas para romper con "ese amor del que muchos se arrepienten", parafraseando a Gilda, una de las cantantes favoritas para mostrar los dotes de "bailarín" del mandatario actual. Su prometida "transparencia" se derrumbó con la aparición de los Panamá Papers y sus cuentas "off shore" que alcanzan los 18 millones de dólares. Además de dio su palabra que dispondría su fortuna en un fideicomiso ciego. Sin embargo sólo puso a disposición unos $ 44 millones de los $ 110 millones que declaró ante la Oficina Anticorrupción.
Así el 16 de diciembre, tan solo a unos días de haber sumido se devaluó 50% el peso, un hecho que se cansó de desmentir que no iba a ocurrir si resultaba electo. La famosa frase ¿En qué te has convertido Daniel? Pareces un panelista de 678 quedará en la memoria de muchos argentinos que miramos el debate televisado y que fuimos testigos de esa promesa de no devaluar incumplida.
Esto trajo como consecuencia una fuerte suba de la inflación (que se duplicó) y que el poder adquisitivo del salario tuviera una drástica reducción. Se decidió, a través del ministro de Energía que se eliminen los subsidios a servicios como el gas, el agua y la luz. Esto permitió que se produjera un fuerte "tarifazo" que afectó el bolsillo de los asalariados. Como contrapartida se eliminó o recortó las retenciones al campo y a la minería, lo que favoreció que se concentrara la riqueza en los grandes grupos hegemónicos de la economía. La liberalización de las importaciones está generando una fuerte destrucción de la pequeña y mediana empresa de producción nacional, lo que a su vez genera la pérdida de empleo y el círculo vicioso que genera esto para la cadena productiva y de consumo en la sociedad. Las medidas de ajuste no hacen ver la luz al "final del túnel" como prometió la vicepresidenta Michetti, ni que este segundo semestre "llegaría la lluvia de inversiones" y "todo mejoraría".
"Vamos a respetar la forma de pensar de todo empleado público, revalorizando su función", indicaba el candidato de los globos amarillos y espejitos de colores. Unos tres meses después despedía alrededor de 10 mil trabajadores públicos demonizándolos ante la opinión pública y calificándolos de "ñoquis" cuando en casi la totalidad de los casos se comprobó que ejercían sus funciones como correspondía. Por citar un ejemplo el aumento de la Asignación Universal por Hijo fue de quince puntos para el semestre, pero solo el primer trimestre la inflación fue de doce puntos, lo cual "licuó" ese logro.
Y si creíamos que la "campaña del miedo" que intentaron hacer creer al ciudadano solo era un "fantasma" que no se cumpliría, la realidad superó cualquier expectativa cuando esta semana un fuerte "deja vu" nos transportó a las épocas más nefastas del neoliberalismo y una de las frases que lo encarnaron. El presidente del PRO, Humberto Schiavoni, declaró en el portal de noticias "misiones on line" que este gobierno "No nos va a defraudar". Como no recordar la frase del es mandatario Carlos Menem en los '90: "Si hubiera dicho lo que iba a hacer, no me votaba nadie". Tan solo tres meses después de asumir Macri sostuvo "Si yo les decía a ustedes hace un año lo que iba a hacer y todo esto que está sucediendo, seguramente iban a votar mayoritariamente por encerrarme en el manicomio".
Sincericidio brutal, pero tarde?
Si hablamos de un sector que debe ser protegido y asistido tras una vida de trabajo (formal o informal) es la tercera edad. Recordamos otra vez lo prometido "No voy a quitar ningún derecho" Pero aquellos abuelos que no cumplan con los años de aportes (porque quizás tuvieron patrones que los tuvieron en "negro" sin realizar los correspondientes depósitos en referencia a lo indicado por la legislación laboral) o las amas de casa, a partir de setiembre de este año, no podrán acceder a la moratoria provisional, que incluyó medio millón de nuevos jubilados durante 2015, ya que fue eliminada.
Así también se desmanteló el plan "Conectar Igualdad", despidiendo a cientos de trabajadores que cumplían allí funciones y que permitía el acceso a la tecnología a miles de estudiantes que de otro modo no podían acceder a una computadora. También se eliminaron los programas Jóvenes y Memoria, Educación y Prevención de Adicciones, Comunidad y Convivencia Escolar, y también los Centros de Actividades Infantiles (CAI) y de Actividades Juveniles (CAJ), que mantenían abiertas las escuelas los fines de semana con actividades artísticas y deportivas, como así también el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI). De a poco se ponen diferentes trabas burocráticas al plan PROGRESAR y así se reduce la cantidad de estudiantes beneficiados con el mismo.
Quedan solo tres años de gobierno y tres meses, por lo tanto tendría que anunciar unos 25 mil créditos hipotecarios por mes en lo que resta de gestión para cumplir con su palabra. En lo que lleva de gobierno no solo no se anunció ninguno sino que el Plan PROCREAR sumó condiciones que permite que se excluyan las clases bajas y medias al acceso al mismo. El Impuesto a las Ganancias no solo no se eliminó como se indicó "inmediatamente" ya que "el Estado no se debe quedar con el fruto del trabajo", sino que amplió el espectro de los asalariados que lo tributan. Las paritarias no fueron libres y sin techo y no se reabrieron en el segundo semestre. La CGT aún no confirma un paro general pese a los miles de trabajadores despedidos y a la estrepitosa pérdida del poder adquisitivo del salario.
¿Era campaña del miedo? ¿Fueron promesas electorales que solo eran frases de marketing planificadas por el principal mentor Duran Barba? ¿Cambiemos es la "fiesta" a la que nunca te van a invitar"? ¿No sentís indignación como trabajador cuando cada día te cuesta más llegar a fin de mes? ¿Se está dinamitando "ese inmenso puente que Macri prometió construir y que nos llevaría de las frustraciones a las alegrías del futuro"? ¿Quedarán muchas alegrías o promesas por destruir?.
*Licenciada en Comunicación Social.
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