La historia
En el 2012, la policía de Investigaciones de Pergamino y Efectivos de San Nicolás luego de casi siete años lograron capturar a un prófugo por asesinato. Se trataba de Eduardo Chamas que cumplía funciones en la cementera Minetti, ubicada en Rosario. El im-putado se hallaba prófugo desde el 25 de octubre de 2004. El hombre buscado vivía en los suburbios de Rosario había tomado la identidad y documentos a nombre de Enrique Fernández. Los agentes de civil lo esperaron a la salida del trabajo y lo llamaron por su nombre. No contestó. Sin embargo no pudo escapar y fue rápidamente aprehendido. El hecho por lo que lo acusan Sergio Aitta estaba relacionado al mundo del hampa de Pergamino. En tanto Juan Chamas era verdulero. El comerciante efectúo varios disparos y huyó. El pergaminense fue buscado en barrio Belgrano de nuestra ciudad donde tenía radicada su pareja. En otro sentido, el hombre que cayó bajo las balas de un revolver calibre 38, era Sergio Fernando Aitta alias "Zepelín" o "El manco", de 36 años de edad. La víctima era conocida en la vecina ciudad por su actividad ilícita. Los uniformados en el 2004, llegaron a Colón donde realiza-ron varios procedimientos ordenados por el ex juez de Garantías Emilio Aboud. Los allanamientos se realizaron en casas del barrio Belgrano El verdulero Chamas tenía su pareja en Colón y los pesquisas pensaron que podría haber huido para estar cerca de la mujer.
El homicidio
El hecho ocurrió el lunes 25 de octubre de 2004, en el interior de la verdulería ubicada en avenida Julio A. Roca 1280, donde Juan Chamas, habría disparado contra Aitta. Sergio Aitta habría llegado a la verdulería con el fin de cobrar una deuda, eso generó una discusión, que culminó cuando el matador extrajo un arma y le disparó directamente al cuerpo, impactando un balazo en el pecho, otro rozó el abdomen y posteriormente dos tiros más dieron en la espalda de la víctima. Aitta, herido de muerte, buscó alejarse de la zona, dirigiéndose tambaleante hacia boulevar Colón. Los testigos indicaron que a una cuadra de la verdulería había dejado estacionada su moto, pero apenas dobló la esquina trastabilló, cayó y poco después murió debido a los impactos recibidos. En la autopsia que le practicaron los médicos policiales policiales, se determinó que la muerte se produjo por impactos de balas. El disparo letal había sido el primero, que había afectado el corazón.
El prontuario
Un poco de historia de Aitta. El viernes 2 de abril de 2004, se produjo un doble homicidio a sangre fría en plena vía pública en Azul. Sergio Aitta fue imputado de ser el autor de los disparos. El delincuente fue detenido en Pergamino en un lugar de expansión nocturna del cual sería el propietario, ubicado en Juan Manuel de Rosas y Ruta Nº 32. Se lo sospechaba de trata de blancas y promover la prostitución. Aitta cumplió prisión preventiva en el penal de Sierra Chica y la Cámara de Apelaciones del Departamento Judicial de Azul consideró que no habría pruebas en su contra por lo que quedó en libertad.
La muerte del pergaminense
La fiscalía del Dr. Daniel Goméz pudo corroborar a través de la citación de una decena de testigos que los hechos comenzaron en el interior de la verdulería de Chamas y luego continuo en la vereda donde ocurrieron los disparos mortales. El episodio se originó en una discusión por que supuestamente Aitta le reclamo a Cha-mas una deuda pendiente. Sin embargo, el acusado de asesinato, anterior al trágico episodio realizó una exposición policial y luego una denuncia, en la Fiscalía Nº 2, a cargo del doctor Gracia. La exposición judicial de Chamas se habría debido a días antes Aitta lo habría amenazado y le habría sustraído su vehículo, el cual se lo restituyó. Al momento del asesinato el imputado tenía en su poder el auto marca Peugeot 306, color gris.
Tres mujeres y una herencia
Después del asesinato de Aitta, aparecieron tres mujeres que dijeron ser sus esposas y haber tenido hijos con él. Hasta presentaron a los chicos ante la Justicia para reclamar su herencia. El problema de las tres era que ninguno de los cuatro hijos, a quienes Aitta y sus mujeres habían bautizado Fernando o Fernanda, fue reconocido por su padre. Pero no sólo eso. Ninguna de las mujeres sabía de la existencia de las otras ni de los medio hermanos de sus hijos. Aitta llevaba vidas paralelas: tenía tres hogares simultáneamente. Darles su apellido a los chicos acaso hubiera puesto en peligro el complicado mundo que había construido. Con dos de sus parejas convivió más tiempo. La primera fue Stella Valiente, su mujer durante 16 años. Con ella tuvo dos hijos y una casa en Pergamino. La segunda fue Marcela Santellán; tuvieron un hijo en 10 años de convivencia en Olavarría. Y la tercera, Karina Ortega, con quien menos tiempo permaneció. Ella era de Pergamino también y tuvo un hijo en 1997 al mismo tiempo que nacía el varón de su segunda pareja, Marcela. De un hogar pasaba a otro. Del de Karina al de Marcela y de vuelta a Pergamino para estar con Stella. A una le decía que era transportista; a otra que trabajaba en un local. La excusa era que debía salir de viaje, que había caído preso por algún problemita menor, pero en verdad iba a cumplir sus deberes con sus otras familias. Así durante años. De a poco, los vecinos de Pergamino comenzaron a conocer una historia de novela que apasionaba a todos, especialmente porque continuó tras el crimen. Antes que nadie, los padres y hermanos del comerciante, prestamista, administrador y gerente de cabarets, habían ido a reclamar la herencia, la administración del campo, las maquinarias, animales y el dominio sobre automóviles, camiones y también locales. En total había en juego más de un 1.500.000 pesos.
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