Según se dejó saber los dirigentes están sorprendidos por las modificaciones del entrenador no solo las realizadas en la tierra del buen vino sino las que hace fecha a fecha. No hay un once inicial de memoria y menos aún una idea de juego. ¿A que juega Boca? a nada. No es un equipo que quiera la posesión del balón ni tampoco es vertical. Sufre abajo y arriba carece de gol. Da la sensación que el sistema de juego que utiliza Boca perjudica a Benedetto. Apuntado por sus hinchas el delantero tiene como defensa a su falta de gol que la pelota no le llega. Todos extrañan a Martín Palermo. Vaya paradoja, el optimista del gol como lo bautizó alguna vez Carlos Bianchi tenía como asistente al actual técnico del club de la Ribera. Hoy nadie puede disfrazarse de Guillermo. Ni Pavón, ni Carrizo ni Centurión abastecen al centrodelantero. Pero no solo él sufre la falta de asistencias sino también lo hacen Walter Bou y hasta el propio Carlos Tévez ausente por dos fechas más ya que debe cumplir la sus-pensión por ser expulsado contra Belgrano. Un dato negativo de Boca es que en sus últimas siete salidas de la Bombonera no sumó de a tres. Cosechó cinco derrotas y apenas dos empates. Ahora recibirá a Quilmes. Los dirigentes en la semana lograron que Lanús ante Aldosivi cambie de día y pase del sábado al domingo así el Granate no tendría un día más de descanso previo al duelo del próximo miércoles por octavos de final de la Copa Argentina. El campeonato recién empieza pero si Guillermo no consigue darle una identidad de juego a su equipo será dificil que salga del laberinto que él mismo creó. *Periodista. Director Técnico Nacional de Fútbol
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