Los cambios de hábitos en la alimentación de los colonenses Los consumidores colonenses van cambian-do los hábitos de compras de alimentos según avanza la reducción del sueldo por la inflación. Uno de los mayores indica-dores que se puede observar, es cuando llegan a la ciudad los camiones de Pastas, Lácteos, y Pescados para Todos. En el 2015, en la cola que se realizaba se podía observar, empleados municipales, jubilados, y trabajadores de las distintas ramas de la economía (o sus esposas). Muy cerca del camión estacionadas se juntaban mayoritariamente bicicletas y motos. En el presente en la fila para adquirir los alimentos se puede ver cada vez más personas de clase media y hasta media alta, y estacionados cerca de los transportes, modernos autos y camionetas.
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Los barrios En las carnicerías de barrio las amas de casa compran ya carne picada por cuarto, y cuando existe un poco más de dinero en el monedero, se eligen cortes de cuarto delantero (puchero, aguja, falda, osobuco, brazuelo) que se usan para los guisos. Por otro lado los carniceros, deben extender sus habilidades para sacar de los cortes, la comida más utilizada por las amas de casas: milanesas. En sentido contrario, parte del cuarto trasero como el peceto, lomo, bife angosto, por sus altos precios son cada vez más difícil colocar. En tanto se vuelve a la adquisición de reses de vacas y novillos y se deja de lado los terneros, vaquillonas y novillitos. En este contexto de una economía de exportación, sin cupos de consumo interno, el que come puchero subvenciona al que come lomo. Para explicarlo sintéticamente los cortes que se exportan pro-vienen del cuarto trasero. En este sentido si un kilo de lomo cuesta internamente 200 pesos y en el Mercado Común Europeo 600 pesos, la diferencia la paga el que come cortes del cuarto delantero como puchero o falda. El precio de los vacunos, hizo que en las carnicerías, aumentó notablemente la venta de carne porcina por la diferencia de precios un 30 por ciento menos. El ama de casa es muy inteligente para reemplazar productos que sirvan para ali-mentar a su familia. El con-sumo de huevos se incremento considerablemente en los almacenes por su precio accesible y su poder nutritivo. Reunión de amigos En tanto, el asado vacuno es cada vez más inalcanzable en la tradicional reunión de amigos de los jueves, y se busca como menú compartido, el pollo a la pirula o el asado pero con cortes porcinos. En los supermercados, aumentó las ventas de segunda y terceras marcas. En yerbas, arroz, fideos, lácteos y mermeladas- entre otros- se buscan precios y no marcas. Pero lo más preocupante es que se redujo la venta de pan en los almacenes y los panaderos cada jornada reciben más devoluciones que se transforma en pan rallado. Los almacenes que vendían diez kilos ahora venden siete. El otro rubro en baja son los lácteos. Los yogures y quesos de cualquier marca cayeron estrepitosamente en sus ventas. Una de las principales víctimas de esta economía de ajuste son las gaseosas de primera marca que cayeron en sus ventas en un cuarenta por ciento y se reemplazaron por jugos en polvo o líquidos.
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