Los habitantes de la provincia de Buenos Aires no sólo son perjudicados por el porcentaje de recursos que recibe su distrito en materia de coparticipación federal. También por la representación que tienen en la Cámara de Diputados de la Nación. La discriminación económica convive con la política. El tema no está incluido en la reforma política ideada por el gobierno de Mauricio Macri. Tampoco fue planteado por la gobernadora María Eugenia Vidal, en su pedido de actualización del Fondo de Reparación Histórica del Conurbano. Pero es un re-clamo que seguramente surgirá y quizás tome fuerza durante el debate de la nueva normativa. Pese a que el artículo 45 de la Constitución dice que el reparto de bancas debe ajus-tarse después de cada censo, la distribución no se modifica desde 1983. Con la población de entonces, a la provincia de Buenos Aires le tocaron 70 diputados sobre un total de 257, el 27,2% de las bancas. Si se determinara la cifra según los parámetros fijados en la ley sancionada ese año, pero de acuerdo con el censo de 2010, la Cámara baja pasaría a tener 312 diputados, 55 más que hoy, y a la pro-vincia de Buenos Aires le corresponderían 100 bancas, el 32% del total. Con el 37% del padrón electoral y casi el 39% de la población del país, Buenos Aires se quedaría con menos de un tercio de la Cámara baja. Eso se debe a los términos de la ley 22.847, sancionada en julio de 1983. Según esa norma, a cada provincia le correspondía un diputado cada 161.000 habitantes. Pero para contrarrestar la gran disparidad de población entre los distritos, se dispuso que se agregarían tres diputados por provincia y que ningún distrito podía tener menos de cinco bancas. La cifra de diputados por habitantes puede aumentarse por ley. O sea que la cantidad de bancas podría mantenerse igual o incluso disminuir. Pero esto último agravaría la disparidad proporcional. La lógica del Parlamento bicameral es que la representación en el Senado es igualitaria, tres por provincia, y en la Cámara baja responde a la población. Por ese motivo, e incluso respetando los contrapesos a favor de los distritos menos poblados, no hay fundamento para man-tener la discriminación en contra de la provincia de Buenos Aires. "Estamos por presentar un proyecto para actualizar la cláusula Bignone. Planteamos mantener el mínimo para los distritos más chicos, pero se necesita actualizar el cálculo para las provincias que están subrepresentadas", dijo la diputada Myriam Bregman, del Frente de Izquierda. Si bien se trata del distrito más perjudicado, Buenos Aires no es la única provincia subrepresentada, de acuerdo con su población actual. Los que tienen menos diputados que los que les corresponderían son los distritos más poblados: las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Salta y Mendoza. Los que tienen diputados de más son los de menos población, entre ellos Tierra del Fuego, Santa Cruz, La Pampa y Catamarca. La excepción en ese grupo es la Ciudad de Buenos Aires. Según su población actual debería tener 21 diputados, pero cuenta con 25. Eso la convierte en el segundo distrito con más diputados, pese a que es el cuarto en población. La ciudad encabeza un con-junto de 16 distritos sobre-rrepresentados. Si se calculara según el censo de 2010, ganarían diputados Buenos Aires (30), Córdoba (6), Santa Fe (4), Salta (4) y Mendoza (3). Si se mantuvieran las cláusulas distorsivas de la ley, una forma de atenuar las tensiones del debate, sólo perdería la Ciu-dad de Buenos Aires, que debería resignar cuatro bancas.
|