Entre el lunes y martes de la semana pasada se desarrollaron las dos jornadas de debate oral y público en la que comparecieron los especialistas psicológicos del fuero de responsabilidad Penal Juvenil, y los profesionales que evaluaron el testimonio de la nena en Cámara Gesell.
En los alegatos finales, la fiscal Karina Póllice pidió cinco años de prisión a este sujeto por considerarlo autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual simple reiterado, agravado por la convivencia preexistente.Por el contrario, el abogado defensor pidió la absolución del hombre por considerar la inexistencia del hecho; según la postura defensista.Los juristas especialistas consideran que en este tipo de casos donde hay que establecer la responsabilidad o no de un sujeto en abusos a una niña tan pequeña es muy delicado la cuestión de obtención de la prueba ya que la víctima no puede reconstruir con frases verbales con-tundentemente lo ocurrido y todo debe sostenerse en base a lo que pueda manifestar y los informes técnicos de los profesionales intervinientes.
Es un delito de los denominados de alcoba, donde no hay más testigos que la víctima y el victimario.La denuncia penal contra este hombre la hizo la mamá de la nena de cuatro años cuando descubrió los manoseos a su hija, en octubre de 2014. A mediados de ese mes. La joven quiso bañar a su hija y al momento de intentar quitarle la ropa para colocarla en la bañera, la nena manifestó espontáneamente que su "abuelo" le tocó sus partes íntimas, tal como surge de las actuaciones judiciales. En el debate oral, la fiscal Karina Póllice sostuvo que la pequeña llamaba a este hombre como abuelo, pese a que no había una relación consanguínea.
Tal como sostiene la imputación la estrecha relación y confianza que le profesaba la niña se daba por vivir bajo el mismo techo junto a la dueña de casa y tres hijos, una de ellas la mamá de la criatura.
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