Pero el gaucho tiene poca luz por el tarifazo, pero muchas ideas y tras pensar durante un día tirado en el catre de lona, llamó al gaucho "Preso flaco" (le sobra esposa) y al gaucho "Sombra" (no la podes agarrar pero tampoco te lo podes sacar de encima), con el objetivo de salir a vender ropa con un carro tirado a caballo y recorriendo la Colonia Carlos Pellegrini. Y allí partieron los tres… Después de andar una semana por los polvorientos caminos se volvieron a la planta urbana. En el haber solo tenían vendido una gorra a un hombre que pertenecía a un fideicomiso y que había pinchado el neumático de la cuatro por ocho, cerca del Club Agrario y debía protegerse los sesos del sol para seguir haciendo negocios con sus socios, las cerealeras dueñas de casi todos los silos bolsas. Ni un ser humano, o algo que ande en dos patas pudieron encontrar. Ni un pato, una gallina, un pinino, un pavo, un loro…nada…nada. El héroe de mil mateadas sacó una conclusión, si uno se pierde en esa inmensidad verde, se muere de hambre, y sed y le señaló a sus gauchos amigos "si volviera el General, las vuelve a expropiar… para hacer justicia social, y repartir la renta agraria".
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