De acuerdo a un relevamiento en los principales rubros -alojamiento, servicios, transporte-, mandar un hijo a estudiar hoy cuesta entre un 30 y 40 por ciento más caro que en 2015.
El alojamiento es sin duda el mayor gasto para los estudiantes. Si bien existen otras alternativas más económicas, en La Plata los precios no bajan de los 3.500 pesos para un monoambiente, mientras que los departamentos de un dormitorio en la zona universitaria y la céntrica oscilan entre los 4.500 y los 5 mil pesos.
Desde la Asociación de Inquilinos platenses, advirtieron que ya comenzaron a registrarse aumentos en los valores de los alquileres que rondan entre el 40 y el 50 por ciento. Además, en el caso de la capital provincial no es tan fácil alquilar. "Uno de los principales problemas es conseguir una garantía in-mobiliaria", dijo María Estela Fernández, integrante de la Asociación de Inquilinos. Y mientras que en algunos casos se pide más de una, en otros establecen como requisito que la propiedad sea de la pro-vincia. "Esto es una complicación, porque muchos chicos vienen del interior del país", agregó.
Además, los gastos inmobiliarios -entre mes de depósito, timbrados, averiguaciones de garantía y honorarios del profesional- equivalen como mínimo a dos meses más de alquiler. Es decir, para hacer la operación con una renta mensual promedio de 4.500 pesos habría que desembolsar una suma total de 13.500 pesos (incluyendo el mes de alquiler).
No obstante, para quienes quieren cuidar el bolsillo existen otras posibilidades de alojamiento: una pensión en La Plata se consigue desde los 1.500 pesos, al tiempo que existen unas 35 residencias de los Centros de Estudiantes del interior. El albergue universitario platense también puede ser contemplado, aunque este año ya está completo con un cupo de 124 estudiantes de todo el país. Es gratuito y es la beca más completa que brinda la UNLP, ya que ofrece no sólo hospedaje, sino también alimento y transporte.
MÁS GASTOS
A la vivienda se suman también los gastos de transporte. Si bien en agosto pasado la Legislatura bonaerense aprobó el boleto estudiantil gratuito, la ley aún no fue reglamentada y por lo tanto todavía no rige su aplicación.
En La Plata el boleto cuesta 3 pesos para las distancias más cortas, 3,55 para las intermedias y llega a 6 para los trayectos más largos. En Bahía esa tarifa es una de las más caras de la provincia: viajar en colectivo cuesta 8,80 pesos, un 40 por ciento más que el año pasado. Mientras que en Tandil el Concejo Deliberante local aprobó en los últimos días un aumento que eleva el transporte de línea a 7,20 pesos.
Asimismo, las largas distancias también sufrieron subas significativas. El año pasado un joven oriundo de Olavarría que estudia en La Plata tenía que desembolsar, por ejemplo, entre 302 y 344 pesos en pasaje (solo de ida); este año ese mismo boleto cuesta entre 380 y 437 pesos, es decir un 25 más en promedio. Así como también en el caso de los azuleños, quienes en febrero de 2015 pagaban 250 pesos para viajar en un colectivo "semicama", y hoy deben abonar unos 320 pesos, un 27 por ciento más.
La canasta alimentaria también sufrió grandes subas, y si bien aún no hay índices oficiales (las cifras del Indec se conocerán recién en septiembre), relevamientos privados acuerdan que la inflación fue del 27 por ciento, mientras que los precios se dispararon en diciembre, y la suba de precios de ese mes llegó a 3,9 por ciento, la más alta en los últimos dos años.
En tanto, en La Plata existe la opción del comedor universitario que ayuda a solventar una comida diaria. El costo del menú para este año será de 11 pesos, un 30 por ciento más que el año pasado. Al mes, si se contempla una comida por día cinco veces a la semana, esa suma se eleva a 220 pesos.
Por último, aún son una incógnita en la Provincia los aumentos de las tarifas eléctricas, aunque se sabe serán significativos. El Gobierno bonaerense debe re-solver en los próximos días qué porcentaje de incremento corresponde a los habitantes de La Plata y de todo el interior, que reciben el servicio a través de las distribuidoras Edelap, Edes, Edea, Eden, y también mediante las cooperativas que proveen a más de 80 localidades, aunque extraoficialmente se habla de subas que pueden llegar al 260 por ciento
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