Según se supo, el objetivo de los saboteadores habría sido dejar sin agua potable por algunas horas a la población. El camino elegido habría sido desconectar el funcionamiento de las bombas de agua que mandan el vital líquido al tanque de agua ubicada en ese sitio. Según se conoció el empleado Jesús Martínez al salir del galpón a las 18, dejó la computadora que conecta a los pozos encendida a igual que la luz y cerró debidamente el portón con candado. Cuando Bracco pasó por calle 42, siendo las 22 horas, observó que estaba la luz apagada y al ingresar a la edificación se encontró con la computadora apagada por lo que no se enviaba agua al tanque. El problema fue solucionado y se evitó el corte de agua que habría sido por varias horas y que se hubiese agravado debido a las altas temperaturas reinantes.
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