Lamentablemente poco se habló de fútbol sino del mal desempeño de los árbitros. Era una fecha que podía resultar decisiva y así fue. San Lorenzo y Rosario Central dividieron puntos, Boca sumó de a tres y es más líder que nunca. Pero los fallos de los jueces fueron determinantes. El "Ciclón" y el "Canalla" repartieron emociones, cambios en el marcador y la propuesta de ganar teniendo en cuenta que era el único resultado que les servía pero todo esto quedó en segundo plano. Germán Delfino fue el apuntado. Tanto de un lado como del otro levantaron la bandera de la protesta y manifestaron que el juez los perjudicó. Tienen razón. Influyó en el resultado. Penales no sancionados, jugadores no expulsados reflejaron que le quedó gran-de la final que jugaban los dos equipos. Pero no solamente Delfino fue cuestionado. Mauro Vigliano también tuvo una tarea para el olvido. "Los partidos hay que jugarlos" es una vieja frase futbolera que se utiliza cuando en la previa un rival es ampliamente superior al otro. Eso sucedió en Boca - Crucero del Norte. El local transpiró y sufrió para que-darse con el triunfo. Tevez erró otra vez un penal símil al ejecutado frente a Defensa y Argentina en Copa Argentina. El árbitro a esa altura ya se había equivocado. Compró la caída de Calleri que nunca fue tocado por el arquero Horacio Ramirez. El propio Apache fue el autor intelectual de que Tomasini, desafortunadamente para él, sea el autor material del gol en contra que le iba a dar el triunfo a los de Arrubarrena. Boca merecía ganar y lo estaba haciendo. Pero in-creíblemente Vigliano no vio que Cata Diaz le propinó una patada propia de un karateca al pecho de un hombre de Crucero. Era penal y amonestación. Nada de eso su-cedió. Encima el árbitro es-taba de frente a la jugada. Ni ganas de protestar tuvo el DT Sebastián Rambert que vio como con esa caída el club misionero perdió la categoría. En los dos partidos más importantes los árbitros fue-ron protagonistas. Fecha tras fecha todos los equipos se quejan de haber sido perjudicados. El nivel de los hombres de negro es malo. Y lejos parece estar de solu-cionarse. En el invento del torneo de 30 fechas queda en claro que nadie tomó en cuenta que se necesitarían árbitros a la altura de la circunstancia. No hubo un solo equipo que no se quejara de haber sido perjudicado. Se acentuó en las últimas fechas. Mas aún cuando Carlos Te-vez fracturó a Ezequiel Ham y Luis Alvarez ni siquiera vio falta. En la semana se reunieron los jueces con Miguel Scime, director de Formación Arbitral. El objetivo es que cuando se reanude el campeonato haya tolerancia cero ante una conducta violenta. Además los árbitros están cansados de la continua protesta de los jugadores y entrenadores. El presidente de AFA apoya esta decisión. Segura además dejó entrever que el Tribunal de Disciplina en caso de que vuelva a suceder un acto violento de un jugador actuará con rigurosidad. De esa forma creen que las protestas disminuirán. Si hablamos del juego Boca se encamina al título y así cortar una sequía de tres años. Sacó una diferencia difícil de descontar. Seis puntos sobre nueve posibles hacen que la chance de San Lorenzo se reduzca a un milagro a pesar de que su fixture es más accesible. Cuando la pelota vuelva a girar Racing en Avellaneda intentará frenar la marcha de Boca para que no sea campeón. El escolta irá a Bahía Blanca para verse las caras con Olimpo. Un rival que se hace fuerte en su casa debido a las dimensiones del campo de juego. Por su parte Rosario Central, con posibilidades matemáticas, será anfitrión de Argentinos Juniors. La pelota está detenida momentáneamente. Ojalá que cuando se ponga en movimiento se hable del juego y no tanto de la actuación de un árbitro. *Periodista. Director Técnico Nacional de Fútbol
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