El problema fue que el Frente quería colgar carteles en los alambrados del lago y los "amaliyos" usar las camisetas que lo distinguen y que no son globos. Para que te voy a decir (ni que hubiese sido cierto) se armó la caracachimba y hasta el locutor del evento se metió vociferando por el micrófono. La osa iba subiendo de tono y algunos corredores no se sabe si huyendo o por estar muy entrenados hicieron varios récords. La cosa está peliaguda y faltan dos meses para las elecciones, a nadie se le vaya ocurrir organizar un concurso de hachadores o de afilar cuchillos, ni siquiera un concurso de tortas de panaderías (no sean mal pensados). Porque los eventos pueden terminar en un tole tole que ni la guardía de infantería podrá parar.
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