Se disuelve el Frente Gaucho

El Pirincho entró al bar La Milanesa vestido tradicionalmente, con bombacha, faja, sombrero, botas y espuelas acompañado por el gaucho "Bandoneón arrabalero" (de vez en cuando toca el choclo) y su mujer, más conocida como "Azulejo" (si no está en el baño está en la cocina), los tres se dirigieron a una mesa y pidieron una cerveza con una botella de naranja y comenzaron a diagramar la marcha de las "bombachas", donde una tropa de más de cien sureños pedirán mayor libertad de movimiento. Es que el Frente Gaucho (un partido tradicional y con grandes sueños), pero que saco solo ocho votos, expresó en un solicitada pegada en la puerta del bar que no hay más guachos por la acción y omisión de los alambrados, y que los caballos se están volviendo cada vez más haraganes para saltarlos, siendo la pampa húmeda una enorme cárcel con calabozos.

Pero este no solamente el único motivo. Las mujeres (sus esposas) no lo dejan salir de viaje, y además con tanta soja, ya no hay vacas para arriar, ni siquiera un misero cuero para hacer riendas y cabestro. La situación es dramática. Ya no hay huellas con herraduras, solo se observan en los polvorientos caminos las marcas de las gomas de bicicleta. En los últimos años, dos gauchos se accidentaron con fractura incluida por olvidarse ponerse los broches en las bombachas y se las agarraron con las cadenas de las bicicletas. Ni indios han quedado en las Pampas para jugar una partida de truco. El Pirincho terminó la reunión señalando la situación de nuestro partido es insostenible, en lo económico, social y matrimonial por lo que debemos pensar en su disolución por cambios de costumbres culturales.