PERDIÓ EL FÚTBOL por Gonzalo Calvigioni

Vergüenza. Papelón. Tristeza. Tres palabras que resumen lo sucedido anoche en la Bombonera. La trilogía del clásico Boca - River no se completó. Restaban 45' para saber cuál de los dos equipos avanzaba a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Cruzeiro los esperaba pero cuando el "millonario" se aprestaba a salir al campo de juego para afrontar la segunda mitad el bochorno se desencadenó. Dentro de la manga inflable de protección (vaya la paradoja) Kranevitter, Ponzio, Funes Mori sufrieron el ataque de un inadaptado quien arrojó gas pimienta. Desde ahí en adelante todo fue bochornoso. Los jugadores afectados por un lado estaban con los rostros inflamados, ojos irritados.

Por el otro gente de la CONMEBOL hablando con el árbitro Dario He- rrera, con los entrenadores, con el resto de los jugadores. Nadie tomaba una decisión. Hasta bajó al campo de juego D'Onofrio, presidente de River quien despertó la ira del DT xeneize. Después de tantas idas y vueltas se tomó la decisión de suspender el juego. Pero no todo quedó ahí. Después de dos horas y medias recién se pudo ir al vestuario el plantel visitante acompañado por Arruabarrena. Increíblemente los jugadores de Boca no se mostraron solidarios y esperaron que se retire el rival para que Orión de la orden de levantar los brazos y saludar a los "hinchas" que se quedaron en el estadio. Demagógico y con poco criterio.
Podríamos hablar de fútbol, del buen planteo de Gallardo otra vez poblando el mediocampo y cortando el circuito futbolístico de Gago y Pablo Pérez o también referirnos de lo poco profundo que fue Boca con la ausencia de Lodeiro. En la previa se especuló como iba a ser la tarea de Dario Herrera, juez que por primera vez tenía a su cargo un partido internacional. Pero nada de eso sucedió. Otra vez la barbarie ganó a la razón. Barovero fue claro "esto es indignante, la imagen que se muestra al exterior es avergonzante".
El jueves amanecía con la noticia triste del fallecimiento de Emanuel Ortega, jugador de San Martín de Burzaco, que luego de varios días no ganó el partido de la vida tras la fractura de cráneo sufrida por golpear contra una pared próxima a la línea de cal. Justo en el día del futbolista. Muerte absurda que llevó a la AFA a suspender la fecha en todas las categorías del fútbol argentino. Por la noche y entrada la madrugada la tristeza se vio reflejada con la no continuidad del superclásico. Otra vez como viene sucediendo en los últimos tiempos el que perdió es el fútbol.
*Periodista. Director Técnico Nacional de Fútbol