El conjunto que dirige Gallardo se quedó con las manos vacías y herido. Las dudas eran más que las certezas. Un día después el propio DT aseguraba "mis jugadores tienen la sangre en el ojo". Y así. El fútbol muchas veces da revancha después de años. River solamente tuvo que esperar cuatro días. En el Monumental los dos entrenadores modificaron nombres y sistema táctico. El Muñeco apostó a un 4-4-2. Incluyo a Funes Mori en la defensa pensando en el juego aéreo y por primera vez salió desde el arranque con Kranevitter y Ponzio en el círculo central. Sacó a Rojas y confió en Dri- ussi. La apuesta le salió bien. Ganó la mitad de cancha con la presión ejercida en los primeros 45'. Realizó presión alta de Mora y Teo y una vez que eran superados ahogaba a Gago, Cubas y Pablo Pé- rez. River fue intenso y jugó hasta pasando por momentos el límite de las infracciones. Boca se sintió incómodo. El Vasco modificó nombres con respecto al triunfo del domingo y además dejó atrás el tradicional 4-3-3 al poner a Lodeiro más de medio campista que extremo. A diferencia del clásico del campeonato Mammana no pasó sobresaltos. Tampoco el xeneize fue por el sector derecho millonario. Es cierto que Calleri contó con la chance más clara apenas iniciado la segunda mitad cuando Barovero sacó al córner un mano a mano. Tan cierto como que le faltó más ambición para ir en busca del preciado gol de visitante. Los cambios resultaron tardíos. Nada pudo modificar Carrizo y Osvaldo ingresó cuando apenas faltaban 4' para la finalización. En el segundo tiempo Ri- ver no pudo continuar ejerciendo la presión debido al desgaste físico. En consecuencia Boca estuvo más cómodo pero igualmente no mostró profundidad. El ingreso de Pity Martinez le dio otro aire al ataque. Fue al volante a quien le cometieron penal que Carlos Sánchez cambió por gol. Boca sintió la salida del Cata Díaz por lesión y lo flojo hecho por Marín haciendo extrañar a Peruzzi. El arbitraje de Germán Delfino fue para el olvido. Vangioni, Ramiro Funes Mori y Sanchez debieron ver la tarjeta roja. También debió ser mas riguroso con Gago quien hizo un gesto incitando a la violencia, Cubas quien cometió varias faltas estando amonestado y Pablo Perez por escupir a Sánchez. Párrafo aparte para Teo Gu- tierrez. Se hizo echar y se perderá la vuelta. El colombiano el domingo había mostrado displicencia. En Nuñez tenía un partido regular hasta que otra vez fue irresponsable. Da la sensación que con estas actuaciones va colmando la paciencia de Gallardo y tiene menos consenso con el hincha. La serie está abierta. La victoria no define nada pero quedarse con un partido, no recibir goles de local son dos reglas fundamentales en encuentros de 180 minutos. Y River lo hizo. En seis días se sabrá el final de esta saga. *Periodista. Director Técnico Nacional de Fútbol
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