La trama que se fue tejiendo las dos muertes viene de larga data. Los hermanos tenían un campo que estaba en el centro de la cuestión. Uno de ellos era el que manejaba económicamente el predio y esto llevó a los hombres a fuertes discusiones que terminaron con la muerte de ambos. Según se pudo reconstruir, Nicolás Depaoli de 57 años, habría tenido un fuerte entredicho con su hermano Luis María Depaoli de 54 años cerca de las 7 de la mañana. El mayor habría tomado una escopeta calibre 16 y disparó contra el menor. Una vecina escuchó los disparos y llamó a los agentes de seguridad. El cuerpo apareció bañado en sangre en el amplio patio y en los primeros momentos se pensaba en un hecho de inseguridad debido a que tampoco se encontraba el arma. Sin embargo, Nicolás Depaoli apareció poco después en un dormitorio de la vivienda de su propiedad que compartía con su mujer e hijo (ambos ausentes al momento de la tragedia) con un disparó en la cabeza. El productor rural se habría apoyado la escopeta debajo del mentón y apretó el gatillo. Cerca de su cuerpo estaba el arma de fuego con los dos cartuchos usados. Los hermanos vivían separados por una especie de medianera. Uno de ellos, el presunto suicida manejaba el dinero, mientras que el otro todo era analfabeto. Las largas discusiones por razones económicas terminaron en una tragedia que enlutó la localidad.
Caso Ciarrochi
En los últimos minutos del miércoles 12 de febrero de 2013, Silvia Ciarrochi de 53 años murió por un ataque pasional. Un femicidio. El asesino esta libre. El Fiscal Matías Merlo tomó más de setenta declaraciones testimoniales. Los indicios apuntan a una persona del sexo masculino y radicado fuera de la planta urbana de Wheel- wright. Las versiones que cruzaron la pequeña localidad inmersa en la llanura santafesina fueron innumerables. Tal vez la supuesta ineficacia de la Justicia para resolver el homicidio hace crecer los rumores y los multiplicó. En la mañana del fatídico jueves 13 se dijo que Silvia Ciarrochi tenía en su cabeza dos disparos de arma de fuego. Los proyectiles fueron buscados por los peritos más seis horas . Sin embargo, la autopsia del cuerpo reveló que la mujer tenía tres golpes dados en forma furiosa con un objeto romo (una fuente nos indicó como si fuera un martillo bolita). El primer golpe hizo que la mujer instintivamente tratara de cubrirse la cara y le fracturó una falange del dedo de su mano derecha. Los otros dos (uno en la zona frontal de la cabeza y el segundo en la nuca) fueron mortales. El rele- vamiento realizado indicó que ningún vecino escuchó discusión o gritos. La noche estaba serena y no pasaba demasiado tránsito a la hora del incidente. Un segundo aspecto que dan por descontado los investigadores, es que la víctima conocía al asesino. Ciarrochi estaba mirando televisión en la cocina y todo indica que un hombre llamó, ingresó a la casa y después de cruzar algunas palabras con la mujer la mató. Una línea de la investigación llegó a Venado Tuerto. El sospechado sería un hombre mayor, de contextura robusta y habría pertenecido a alguna fuerza de seguridad. También en los primeros momentos se detuvo a una mujer. Se dijo crimen por celos. El grupo de amigos que fue a comprar al comercio de la víctima bebidas y gaseosas porque realizaban un asado a solamente una cuadra, podrían ser los últimos que vieron con vida a la mujer. En sus declaraciones dijeron que estaba tranquila sin ningún tipo de alteraciones. El día de su muerte Ciarrochi había realizado su rutina diaria. La bicicleta que usaba para realizar los ejercicios físicos y los mandados quedó apoyada en la pared de su casa. Una vez que terminaba su tarea y antes de irse a dormir la guardaba. La pregunta clave es ¿que pudo causar tanta furia para matar de tres golpes a una mujer.?Tal vez la amenaza de revelar algún secreto. El criminal no habría llegado decido a matar. La falta de un arma así lo revelaría. El transcurso de la discusión lo llevó a cometer el femicidio. Lo llamativo que después de cometer el crimen tuvo la suficiente calma para "armar" un escenario para que la situación pasara de un "robo o asalto, seguido de muerte". La persona que la asesinó podría estar habituado a vivir situaciones límites.
Caso Lourdes
"No le digas nada a nadie, acordate que vos también tenés hijos. Se me fue la mano, le quise pegar y la nena cayó al suelo del golpe. Fijate que está debajo de la cama". Con esas palabras María Eugenia Bruno le confió a una amiga que había matado a golpes a su nieta de 7 años y la había escondido en una bolsa bajo su cama, donde la mujer pudo ver que asomaban los pies descalzos de la nena. La mujer fue condenada a cadena perpetua y hace cuatro años falleció en la Cárcel de Mujeres de Melincué. Una amiga íntima de María Bruno de Galeano dio la pista. La mató con un objeto contundente que sería el palo de un secador de piso. Como se recordará la pequeña de siete años apareció muerta en el interior de una casilla de gas, frente a la vivienda de calle Chile al 540 de Wheelwright. El sitio se encuentra a menos de 50 metros de la casa familiar. El cuerpo de la menor se encontraba dentro de una bolsa de yute sintético, color blanca y estaba vestida con la misma ropa que había de- saparecido. Su cuerpo estaba apretujado y con las piernitas encogidas en posición fetal. En el antebrazo habría tenido magu- llones de los golpes recibidos en una clara actitud defensiva. El cadáver al ser encontrado despedía un fuerte olor por la avanzada descomposición. Por el estado en que se encontraba el cuerpo suponen que el agua que había ingresado en la bolsa tras una tormenta podría haber acelerado el proceso de putrefacción del cuerpo. La niña había sido vista por última vez cuando vestía una remera con un dibujo de Patoruzito y un pantalón pescador turquesa con rayas blancas, sandalias de goma de color crema y llevaba consigo un plato plástico, color rojo. Cuando los familiares fueron a denunciar la desaparición ante los oficiales de la Comisaría Novena de Wheel- wright, Lourdes estaba muerta. La mató su propia abuela con un objeto contundente que sería el palo de un secador de piso que la desnuco y le habría causado un gran hematoma. Minutos antes la pequeña rebozaba alegría. El jueves trágico a las 18.30, se acercó al comercio "Kios- kito", ubicado sobre calle Rivadavia frente a la plaza y cuya propietaria se llama María. Tenía 10 centavos y quiso comprar una golosina. No le alcanzó. Seguramente fue hasta donde trabajaba su madre cuidando a una mujer mayor, en una casa ubicada sobre la calle Moreno a media cuadra de la plaza y le pidió otras monedas. Regreso al kiosco cinco minutos después y se llevó un alfajor. Luego habría pasado por la Heladería Copahue y preguntó el precio de un helado. El itinerario siguió e ingresó al almacén "Boaso" que queda en la esquina de Moreno y Rivadavia. Solamente compró 25 centavos de caramelos. Por último, volvió al kiosco con 10 centavos y se llevó un chupetín. Eran las 18.40. A esa hora comenzó el regreso a su casa junto a su madre por calle Rivadavia Recorrió ocho cuadras y se habría puesto a jugar con sus amigas. Cerca de las 19.30, la tormenta se hizo sentir. Su madre y sus tías de 14 y 22 años ( hijas de la abuela) salieron a buscarla. No la encontraban. Todos suponen que la abuela la observó y muy enojada le habría pegado, finalmente fuera de si la habría golpeado con el palo del secador que le causo la muerte Caso Lemoine
El caso más misterioso de Wheelwright desde sus primeros momentos y sin resolver tenía dos versiones en la calle. La primera indica que a la víctima fue descuartizada por una persona allegada y que tenía estudios de medicina o enfermería, sacada en cuatro bolsas de la casa y tirada en un campo que por casualidad estaría cerca de campo donde finalmente se encontraron los huesos presuntamente humanos. La segunda hipótesis indica que a Lemoine lo mataron y luego lo trasladaron a la casa de un campo que estaría allegado a la familia, pasó en ese lugar la noche y luego lo arrojaron a un corral lleno de cerdos cercano al lugar del campo de Oderda. Ambas a la luz de los acontecimientos son hipótesis probables. El hallazgo del cráneo casi un año después de la desaparición se produjo en un campo ubicado aledaño al camino real entre Colón y Wheel- wright (extensión boulevard 17) y a dos kilómetros del casco urbano de la localidad santafesina. El campo es de la familia Oderda se llama "La Sarita" y son aproximadamente 13 hectáreas sembradas de maíz y que fue recientemente cosechado. Nunca se pudo sacar el ADN. Los huesos fueron enviados en ese momento al Instituto Médico Legal de Rosario El lunes 13 de enero de 2009, en el pequeño departamento de la calle Ameghino 575 de Wheelwright eran cerca de las dos de la tarde cuando Lemoine salió a dar una vuelta por el pueblo.. Melva Sarsa recordó que Wilmar repitió a su esposa "me voy a dar una vuelta" y recibió como contestación "no te olvides que a la dos tenes que tomar los remedios". En la causa judicial declararon noventa testigos e intervinieron dos juezas. En un primer momento fue la Dra. Elizabet Manzini que se jubiló dejando el caso judicial en manos de la magistrado originaria de Hughes, Mirta Leale (ambas jubiladas). La mayoría de los testigos que declararon indica que el hombre fue observado por última vez a la seis de la tarde y caminando cerca del Complejo Polideportivo. La denuncia de su desaparición fue presentada un día después por su esposa. La policía con la colaboración de los Bomberos Voluntarios y la población rastreó cada metro cuadrado del casco urbano y se adentraron más de 300 metros en los sembrados de maíz y soja. El campo donde se encontró retazos de su ropa y la calota del cráneo. Wilmar Lemoine tenía un viejo Renault 6. Ese lunes el vehículo estaba en el mecánico que lo terminó de reparar a última hora y se lo llevó a la siete y media de la tarde. Una hora después se desató una tormenta que hizo imposible transitar por caminos de tierra. . La denuncia por su desaparición fue presentada 24 horas después.. Lemoine sufría Mal de Parkinson, ese día salió a caminar, como lo hacía habitualmente pero nunca más volvió.
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