El proceso tiene consecuencias visibles, especialmente en las ciudades de mediana escala. Allí, los vecinos debieron abandonar viejos hábitos pueblerinos y acostumbrarse a recaudos y precauciones propias de las grandes ciudades. Colón Doce comenzó a usar la palabra conurbanización de la ciudad cuando observó por primera vez escrito los pasillos y sala de guardia del Hospital Municipal Eduardo Morgan. Corría el año 1999. En los últimos días se asaltó la estación de Servicio Rhasa. Los delincuentes que tenían estudiado el terreno "visitaban" Colón de ciudades del conurbano y delinquían en sus vacaciones. También muchos delitos fueron cometidos por un joven denominado "Pan triste". En sus espaldadas tiene un grave delito cometido en el Gran Buenos Aires. La inmigración interna que hubo hacía nuestra ciudad fue muy grande (Provincias litoraleñas, norteñas y el conurbano bonaerense) y no siempre llegaron personas honestas. El entramado permitió el crecimiento de la droga y exponencialmente del delito. Hoy en gran parte tenemos una delincuencia que fue "exportada" de otras ciudades, además de la autóctona. Por eso se debe entender el delito y quien lo comete para poner en marcha un sistema de seguridad integral, que no se lleva a cabo "gendarmerizando" la ciudad a un alto costo económico y con variadas sospechas de corrupción. Por otro lado, tenemos asentados barrios con alta conflictividad donde el Estado Municipal debe poner todas las "reservas" humanas con equipo interdisciplinario y un plan determinado para lograr llevar tranquilidad. Un candidato a Jefe Comunal nos comunicó que en una sola habitación vivían un matrimonio y sus ocho hijos. Historias como las que contó hay decenas. Sin embargo, la conurbanización no solo se observa en el delito, si no también en los servicios. Cloacas que "explotan" en cualquier sector de la ciudad, basural a cielo abierto, contaminación del Canal Colón por falta de funcionamiento de la planta potabilizadora, calles con baches mal arreglados (Barrio Esperanza), el agua potable con alto indice de nitritos y nitratos, agua insuficiente en algunos barrios en verano (uso de bombas chupadoras en el centro) -entre otras cosas-
Otro ejemplo: Junín
Un crecimiento demográfico que se dio de manera muy rápida, con la extensión de varios barrios fuera del casco urbano, falta de infraestructura, el avance del flagelo de la droga y, paralelamente, la inseguridad urbana como nunca antes se había dado, son algunos de los factores que contribuyen a la "conur- banización" de distintos distritos del noroeste bonaerense, entre ellos, Junín. Situada a 260 kilómetros de la Capital Federal, con alrededor de 100 mil habitantes, Junín ya no es una ciudad apacible, de puertas abiertas y bicicletas sin candado en las veredas. Íntimamente vinculado al delito, el avance del narcotráfico, básicamente, bajo una modalidad extendida en el interior bonaerense conocida como "narcomenudeo" (los llamados "kioscos" de venta de estupefacientes, que comercializan pocas cantidades, pero se multiplican en los barrios, muchas veces como un ingreso de dinero fácil para muchas familias de bajos recursos, que son presas de los narcos) es otro factor determinante a la hora de hablar de "conurbanización". Equidistante del Conurbano bonaerense como del gran Rosario, la droga ingresa a Junín por tren o por ruta, dos vías de acceso rápido y con escasos controles. En enero, según datos oficiales, la policía secuestró en distintos allanamientos más de 5 kilos de marihuana, se incautaron 384 motos, hubo 101 aprehendidos y 37 detenidos con pedido de captura activo. La falta de colectivos deja a muchas familias de los barrios más alejados prácticamente aisladas. Incluso hay barrios como La Vaca o Progreso donde a la propia policía se le dificulta ingresar, por lo que se da el fenómeno de incipiente "favelización". El acceso a la droga, al alcohol y la delincuencia, son los principales problemas juveniles de Junín, según un estudio realizado por el municipio. En el informe completan la lista los problemas escolares, familias en crisis, desintegración familiar, violencia, desmotivación, desinterés, baja autoestima, falta de oportunidades, embarazo adolescente, falta de movilidad, entre otros. Los ataques de motochorros son la modalidad delictiva que se consolidó durante los últimos meses en Junín. Es así que en el último tiempo han llegado a registrarse hasta siete hechos por día, con un promedio de cuatro arrebatos diarios. (datos Infogei)
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