Los pesquisas santafesinos comenzaron a investigar a una persona que entrega pizzas en una moto en las periferias de Venado Tuerto. En el teléfono celular del joven no solo se pedían diversas comidas. El agregado era una atención personalizada de cocaína de mediana pureza. Los policías de la Brigada VII de la Dirección de Control y Prevención de Adicciones al mando del Comisario Alejandro Druetta comenzó una lenta pero efectiva investigación donde todavía existen importantes colaterales. El comisario Druetta ya había detenido a dos de los máximos jefes narcos del sur santafesino: Alejandro Ascaini domiciliado en Villa Cañas y Aldo Orozco de Chabas. Ambos estaban protegidos por una parte de la "mala" policía.
La pesquisa
La investigación sobre el distribuidor de pizzas trajo luz para quien trabajaba. La organización era manejada con "mano de hierro". Arriba de los "dealers" pueblerinos estaba Franco Arias, alias "el venadito". Hace diez días (ver pasada edición) su banda fue desbaratada. Su "cartel" distribuía cocaína en las localidades del sur santafesino. En los 23 operativos se secuestraron seis kilos de cocaína y dos kilos de marihuana, 280 mil pesos en efectivo y una decena de armas de fuego y 68 teléfonos celulares. La investigación llegó hasta el hueso y se pudo determinar quien traía la cocaína hasta la provincia de Santa Fe. La venta de un auto en Pilar dio la pista. Las escuchas telefónicas alcanzaron a la localidad de San Isidro en el conurbano bonaerense donde se pudo determinar que "El viejo Miguel" identificado como Miguel Angel Witepon viajaba por la Ruta Nacional Nº 8, en un auto de su propiedad hasta Hughes, con una carga muy especial que entregaba en la localidad santafesina al "Venadito" Arias.En la pesquisa se pudo precisar que la droga venía de una Villa del Bajo Flores. La cocaína traída por "Viejo Miguel" era estirada hasta alcanzar los sesenta kilos y luego de fraccionarla eran distribuidas a los dealers de los diversos pueblos y ciudades de General López. La cocaína de mala calidad (señalan que la estiraban con almidón de maíz) se la vendía al "consumidor final" a 100 pesos el gramo. El cargamento llegaba una vez por semana. En total, en un mes se repartía 240 kilos de cocaína estirada que prácticamente inundaban los kioscos de la región. El resultado una millonaria ganancia en toda la cadena de distribución. ¿Solamente se repartía en el sur santafesino?. En los allanamientos se detuvo a una mujer que recorría las ciudades en un remis y repartía la droga a los minoristas. Un dato para tener en cuenta es que el "Viejo Miguel" tiene una historia judicial por piratería del asfalto y asaltos a entidades credi- ticias. La madeja parece que no término de desenredarse «El venadito» tenía protección policial y este hombre está siendo investigado. La línea Hughes
Recordar que Fabían S. con domicilio en Hughes proveía de droga a dealers de Colón. ¿No hubo reemplazo?. Como se publicó el 13 de diciembre de 2013, un hombre con domicilio en Hughes sospechado de ingresar estupefacientes a Colón fue detenido. El procedimiento policial con secuestro de droga fue uno de los más cuantiosos en nuestra zona. En un bar de Hughes se encontró casi un kilo de marihuana. Cabe destacar que hubo cuatro detenidos colonenses. La "línea" santafesina que habría ingresado estupefacientes a nuestra ciudad fue desbaratada luego de cinco allanamientos. Fabián S. tiene problemas de traslación física, y aparentemente visitaba nuestra ciudad con una camioneta utilitaria color blanco, para repartir estupefacientes. Las versiones indicaban que siempre en sus viajes era acompañado por una mujer que tenía la misión de "visitar" los lugares de presunta venta de estupefacientes.
La conexión policial en ElortondoHoracio Montanaro, el sargento que prestaba servicios en el área de Informaciones de la Unidad Regional VIII y que los pesquisas antinarcóticos vinculan a la desarticulada banda de "Los venaditos", se presentó el martes en los Tribunales Federales de Rosario y quedó imputado de ser parte del grupo que hegemonizaba la comercialización de estupefacientes en el departamento General López.Uno de los teléfonos interceptados fue el de Horacio Montanaro, a cuya casa de la localidad de Elortondo llegaron el martes de la semana pasada los policías buscándolo ya que tenían pruebas de sus vínculos con la banda.
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