El primer matero de la región miró por la ventana y allí en un rincón encontró a "Zapato de monja" (negro, feo y lengua larga) que se había quedado dormido hacia dos noches recordando a su ex esposa "Pala de Punta" (porque si no la tenían apoyada en la pared estaba clavada en el suelo) y con suaves golpecitos lo despertó para que sacará la tranca (no la de él) si no la de madera que tenía dispuesta la puerta de entrada a tan "exclusivo" sitio y de este modo poder comenzar la jornada con una ferneteada. Una vez sentado en la mesa principal se comenzó a planificar el día.
El gaucho matero y "Zapato de monja" andan preocupados porque en el bar existen varios que en la Comisión Directiva ponen la mano en la lata (y no para sacar masitas). El matero prometió revelar aspectos secretos y desconocidos de quien (la metió, la mano) y donde guardó (el dinero). Será cuando previo a la nueva elección a conserje.
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