Pero lo notable es que no hay uno ni para colocar una maquina pochoclera ni de costado. Los amigos del Pirincho en el bar "La Milanesa" y en esas tardes lumínicas de fernet con cola, recuerdan que nuestra ciudad se caracterizaba por más de mil baldíos fiscales.
¿Qué habrá pasado se preguntaba? "Gaucho bueno" (Porque le da de comer al pingo con la mano) y un parroquiano que estaba disfrazado de "demonio rojo" con varias mascaritas que le hacían el juego le contestaban falta poco…falta poco…para conocer el enigma.
En tanto "Perro de Gendarmería" (porque ve un bulto y mueve la cola) se dirigió de urgencia al palacio comunal para arreglar las macanas "Alical" (primero la pastilla y luego el polvo) en esas fiestas interminables organizadas en el sector quintas.
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