Pero lo que ocurrió en la última sesión del Concejo Deliberante traspaso todo los adjetivos atribuidos a este roedor. En plena sesión y debate se oyó un grito, y una edil del FAP, levantó asustada las piernas sobre la banca. No era para menos.
Una rata de tamaño considerable salió de la Secretaria de la Presidencia cruzó el salón de debate y se metió en el bloque kirchnerista. Un concejal de bancada opositora rápidamente deslindó las responsabilidades. Es una rata kirchnerista porque se metió a las oficinas de ese bloque.
Lo que nunca se sabrá si el animal (oficialista u opositor) cobra sueldo en negro o en blanco, por ventanilla o cajero automático y se presenta boleta de monotributo o su retribución es descargada en otra cuenta. Plim caja.
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