Este grupo histórico, cuanta ya con algo más de 10 años de trayectoria, prácticamente se iniciaron cuando el sistema de producción llegó a Argentina y en la actualidad son un grupo de productores orgánicos extensivos, certificados y dedicados a ganadería y agricultura.
Su principal nexo con el INTA está vinculado con el Módulo Orgánico del INTA Pergamino donde se llevan a cabo experimentos conjuntos para validar tecnologías.
En ese espacio, el coordinador por la institución es Luis Jacquelin, quien en esta oportunidad fue el encargado de recibirlos, y abrir la actividad presentando una charla a cargo Daniel Mazzoni junto a productores invitados.
El encuentro también posibilitó apreciar los avances del módulo agroecológico; y también una recorrida por el módulo para luego intercambiar opiniones al respecto. Más tarde la reunión prosiguió en la firma Rizobacter con una charla sobre insumos biológicos a cargo de Gabriel Mina.El grupo ha crecido constantemente, así lo manifestó su actual coordinador técnico, Germán Cravero, “Hemos ido sumando actores y hoy se está logrando una integración importante entre productores, INTA e investigación”
El momentoLa coyuntura actual, se presenta ideal para los productores orgánicos. Las problemáticas existentes en torno a las áreas periurbanas han derivado en que las producciones de éste tipo tomen otra dimensión, y ahora el trabajo silencioso de tantos años comienza a rendir sus frutos.
“Pasamos de ser una utopía a ser una necesidad para ciertas áreas. Queda mucho por recorrer, no es un camino fácil, pero estamos unidos” indicó Cravero, y agregó que “En producción orgánica el principal insumo es la materia gris. Es una investigación y adaptación permanente, se han encontrado muchísimas herramientas, además el sector de insumos se está abocando y encontrando soluciones no sólo para disminuir aplicaciones en la producción convencional sino que ahora aparecen herramientas específicas para los productores orgánicos, es decir que se está dando que desde todos los sectores se va aportando al tema”.
-En ese marco, ¿qué lugar ocupa el módulo de producción orgánica del INTA Pergamino?-El módulo nació junto con el grupo, tiene una importancia vital ya que aquí se ven plasmados los nuevos desarrollos en trabajo conjunto con los productores. Es decir que la investigación llega al campo del productor con una validación, teniendo así más certeza sobre la producción orgánica.
Otra forma de medirLas comparaciones siempre son odiosas, pero en éste tema son siempre una referencia que los productores necesitan tener a mano para poder decidir sobre futuras inversiones. En este sentido, hace ya algún tiempo que se viene demostrando la paridad entre producciones orgánicas y convencionales, pero con una mirada, y tiempos diferentes respecto de las mediciones acostumbradas.
Más claramente lo explicó Cravero al decir que “Con respecto a potencial de rendimiento sigue existiendo una brecha, sobre todo por falta de desarrollo genético en simientes para producción orgánica, que no ha tenido el desarrollo que han tenido para producción convencional con todo su paquete tecnológico. Esa es la principal diferencia. Y en cuanto a márgenes, el ciclo orgánico, es comparable cada 10 años, ahí se ve que los sistemas se igualan pero con diferentes fluctuaciones. El sistema orgánico, al tener menos insumos, tiene mayor riesgo, pero a lo largo de 10 años una empresa sale empatada con una producción tradicional”.
-¿Cuáles son los objetivos de cara al futuro?-Aprovechar la situación coyuntural donde se ve una gran potencialidad que ya se va plasmando como por ejemplo en el desarrollo de maquinarias específicas para producción orgánica, adaptando maquinaria que en otras partes del mundo ya están; por suerte tenemos un sector metalmecánico muy importante y estamos encontrando vinculación; el sistema de investigación del INTA y de las empresas privadas se van desarrollando, entonces seguimos avanzando formando esta red que va a permitir que la agricultura orgánica sea más segura.
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