Al abrir la puerta de ingreso a su vivienda se encontró con cuatro individuos que lo redujeron bajo amenazas de arma de fuego. Los delincuentes sentaron al cautivo en una silla y lo ataron de pies y manos, disponiendo una bolsa sobre su cabeza para que no pudiera observar los movimientos que realizaban ni pudiera reconocerlos.
La víctima recibió fuertes golpes y los asaltantes preguntaban donde estaba el dinero que había en la casa. Mientras dos de ellos se encargaban de las averiguaciones, los restantes iniciaron la búsqueda de los valores por las distintas dependencias.
Poco después y al no encontrarlos, tomaron la resolución de cortar con un cuchillo los colchones y hasta destrozaron un viejo reloj de pared, creyendo que en su interior el dueño de casa guardaba el botín que buscaban.
Una vez que finalizaron el asalto (no se informó la cantidad de dinero que se llevaron) los malvivientes huyeron en el auto de la víctima. Los cacos dejaron abandonado el vehículo cerca del Hotel Mas, sobre Ruta 8, en cercanías del deslinde con la provincia de Santa Fe. Sin embargo los investigadores debido al rocío que había a esa hora de la noche, pudieron determinar que otro auto de apoyo siguió a los cacos para recogerlos. El segundo vehículo por las huellas dejadas giró en dirección al casco urbano de Colón.
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