Un caso para el GuinesRobo, y lo pescaron por enésima vez
Si se tuviera que escribir un libro con los robos, hurtos y asaltos de dos conocidas familias colonenses emparentada con el delito se debería agregar un capítulo cada semana. El escrito sería un libro de arena borgiano
Según trascendió, Donato Ochoa circulaba con su moto Corven, cuando de las sombras salió un individuo que lo encañonó con un arma de fuego y prontamente le sacó el pequeño vehículo. El joven a pié se llegó hasta la Comisaría local para realizar la denuncia.La descripción aportada por la víctima dio rápida resolución a la situación vivida. Los policías duchos en estos menesteres solo dijeron ¡Luna! y partieron para la calle 55 entre 20 y 21.Allí los atendió el sospechoso que negó cualquier vinculación con el caso descripto por los sabuesos bonaerenses. Los agentes se retiraron de la vivienda, pero dejaron el móvil a pocos metros del sitio visitado. Pasaron unos minutos, y los hombres de vigilancia vieron aparecer al sospechoso con la moto Corven depositándola en la calle e ingresando a la carrera nuevamente en su casa. ¡Para no creer! El Estado tarde pió
La ciudad de Colón con las políticas de seguridad llevadas adelante por más de un funcionario irresponsable conseguirá terminar "conurbanizando" el delito con las secuelas para las víctima que traerá (violencia, daños síquicos, miedo y donde todo vale).El Estado en nuestra ciudad siempre llega tarde. La familia que nos referimos al comienzo de la nota se inició en el delito en 1995. Ese año atacaron a piedrazos a una casa situada en calle 22 entre 54 y 55. Los protagonistas eran menores de 10 años. El Estado lo ignoró y nadie trató de contenerlo. Con el tiempo fueron ocurriendo asaltos, robos, robo tipo piraña, peleas, daños. En fin casi todos los delitos que existen penados en el Código Penal. Más de setenta causas judiciales engrosan las computadoras de los fiscales y los jueces. Nadie en más de 20 años propuso un correctivo y una contención a la familia, salvo en los últimos años donde la presión de los vecinos se hizo sentir Entonces aparecieron subsidios, trabajos, y demás yerbas. Todo llegó tarde y tirado sobre piedras yermas.
Barrio Mirador del Lago
En una ciudad cruzada por 400 consumidores de cocaína (esto también hace a la seguridad tema que tocaremos en próximas ediciones) llegamos al barrio Mirador del Lago, donde ahora una controvertida familia se vuelve a visualizar por la golpiza dada a un empleado municipal. Sin embargo los menores que allí se domicilian comenzaron a delinquir en fecha cercana a 1995, También en estos primeros pasos de robos en el Jardín de Infantes, o en la estación de Servicio cercana, o en el comedor cercano o alguna casa del barrio, pero nadie ofreció una contención con médicos, siquiatras, sicológos, y ayuda social. Otra vez el Estado (Municipal) fallo. La "mala política" llevó a múltiples desventuras a los vecinos. En el presente parecen irrescatables si no se los sacan de la sociedad con una pena que los lleve a una institución reeducativa. Pensamiento duro… pero ciertoLa ciudad de Colón no es el conurbano. A los menores que comienza a delinquir los conocemos, y hasta los llegamos a tratar. Lo que hace falta es llegar a tiempo con equipos que lleguen a tiempo para contenerlos no más patrulleros que siempre terminan rápidamente fuera de circulación y con un millonario gasto de dinero... La pregunta es ¿Cuántos chicos en iguales condiciones comienzan a crecer y no son captados por el sistema?.
Robo, y lo pescaron por enésima vez
Si se tuviera que escribir un libro con los robos, hurtos y asaltos de dos conocidas familias colonenses emparentada con el delito se debería agregar un capítulo cada semana. El escrito sería un libro de arena borgiano
Según trascendió, Donato Ochoa circulaba con su moto Corven, cuando de las sombras salió un individuo que lo encañonó con un arma de fuego y prontamente le sacó el pequeño vehículo. El joven a pié se llegó hasta la Comisaría local para realizar la denuncia.
La descripción aportada por la víctima dio rápida resolución a la situación vivida. Los policías duchos en estos menesteres solo dijeron ¡Luna! y partieron para la calle 55 entre 20 y 21.
Allí los atendió el sospechoso que negó cualquier vinculación con el caso descripto por los sabuesos bonaerenses. Los agentes se retiraron de la vivienda, pero dejaron el móvil a pocos metros del sitio visitado. Pasaron unos minutos, y los hombres de vigilancia vieron aparecer al sospechoso con la moto Corven depositándola en la calle e ingresando a la carrera nuevamente en su casa. ¡Para no creer! El Estado tarde pió
La ciudad de Colón con las políticas de seguridad llevadas adelante por más de un funcionario irresponsable conseguirá terminar "conurbanizando" el delito con las secuelas para las víctima que traerá (violencia, daños síquicos, miedo y donde todo vale).
El Estado en nuestra ciudad siempre llega tarde. La familia que nos referimos al comienzo de la nota se inició en el delito en 1995. Ese año atacaron a piedrazos a una casa situada en calle 22 entre 54 y 55. Los protagonistas eran menores de 10 años. El Estado lo ignoró y nadie trató de contenerlo. Con el tiempo fueron ocurriendo asaltos, robos, robo tipo piraña, peleas, daños. En fin casi todos los delitos que existen penados en el Código Penal. Más de setenta causas judiciales engrosan las computadoras de los fiscales y los jueces. Nadie en más de 20 años propuso un correctivo y una contención a la familia, salvo en los últimos años donde la presión de los vecinos se hizo sentir Entonces aparecieron subsidios, trabajos, y demás yerbas. Todo llegó tarde y tirado sobre piedras yermas. Barrio Mirador del Lago
En una ciudad cruzada por 400 consumidores de cocaína (esto también hace a la seguridad tema que tocaremos en próximas ediciones) llegamos al barrio Mirador del Lago, donde ahora una controvertida familia se vuelve a visualizar por la golpiza dada a un empleado municipal. Sin embargo los menores que allí se domicilian comenzaron a delinquir en fecha cercana a 1995, También en estos primeros pasos de robos en el Jardín de Infantes, o en la estación de Servicio cercana, o en el comedor cercano o alguna casa del barrio, pero nadie ofreció una contención con médicos, siquiatras, sicológos, y ayuda social. Otra vez el Estado (Municipal) fallo. La "mala política" llevó a múltiples desventuras a los vecinos. En el presente parecen irrescatables si no se los sacan de la sociedad con una pena que los lleve a una institución reeducativa. Pensamiento duro… pero cierto
La ciudad de Colón no es el conurbano. A los menores que comienza a delinquir los conocemos, y hasta los llegamos a tratar. Lo que hace falta es llegar a tiempo con equipos que lleguen a tiempo para contenerlos no más patrulleros que siempre terminan rápidamente fuera de circulación y con un millonario gasto de dinero... La pregunta es ¿Cuántos chicos en iguales condiciones comienzan a crecer y no son captados por el sistema?.
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