Mientras se discuten las paritarias en la hora cero de comienzos de clase, padres y alumnos estamos rehenes de una discusión de la cual deberíamos participar.A un día de empezar las clases no se sabía con exactitud si las mismas comenzaban o no en una guerra salarial que debió haberse acordado antes. Un docente no puede estar peleando un sueldo digno para vivir en un país que quiere que su población crezca. Porque ellos son los que educarán a los futuros gobernadores, diputados, presidentes, y a toda una generación de personas que hará de este, según los resultados obtenidos, una patria digna
La educación es el única arma con la que cuenta una persona para abrirse paso en la vida de manera decente. Me parece que el foco no debería estar puesto en la discusión salarial cada año. Hace años que no hay una discusión seria de qué tipo de educación queremos para nuestros hijos. No basta con que un chico ingrese al sistema escolar. Este alumno posdicipli- nario ha cambiado de aquel que fue a la escuela en los años 80 cuando no había acceso a la información, cuando las formas de aprender eran otras y cuando no existían ni la computadora ni internet.
Este alumno que hoy es tan difícil para una maestra que cuenta con una infraestructura que no ha crecido en demasía, sin ir más lejos, cuantas nuevas escuelas se construyeron en nuestra ciudad? Alguien advierte la calidad que puede ofrecerse a clases superpobladas?
Se habla de que en algunos casos la escuela aún sigue reproduciendo desigualdades sociales, manteniendo el status quo de una ideología dominante que clasifica, selecciona y "oculta" algunos alumnos. Llegamos como sociedad a la discusión de la calidad de la enseñanza, de que muchas escuelas son invadidas por problemas sociales. Y la crisis de valores de la sociedad que también atraviesa la escuela?
Citando a Francisco Jodar en su texto "Alteraciones pedagógicas" "el nuevo modo de ser alumno (responsable, con conocimiento de sí mismo, capaz de elegir, de calcular riesgos, de ser innovador y creativo, de tener flexibilidad a los cambios, el cual debe organizar su tiempo) forma parte de una constelación de discursos sobre la educación donde la pedagogía está cada vez más centrada en el mundo interior de los sujetos y los centros escolares se intentan regular bajo la lógica de la empresa y el neo- management.
Estos alumnos son la clase de individuos que elige el mercado hoy. Ya no es el alumno fácil y disciplinado sino emprendedor y empresario de sí mismo pero paradójicamente los propios jóvenes son los que exigen "motivación"
Ya no se trata de producir profesionales calificados para desempeñar bien una tarea a lo largo de toda su vida sino de producir simplemente individuos empleables con habilidades potenciales vacías de cualificación que sirvan al contexto cambiante del mercado. Alliud y Antelo ya advertían en 2005 el empequeñecimiento del docente por asumir, en soledad y de manera individual, la enorme magnitud del proyecto de educar bajo condiciones socio-institucio- nales que lo tornan imposible
Qué tipo de educación queremos para nuestros hijos? Nos implicamos en la lucha por mejorar nuestro sistema educativo? Les exigimos a nuestros concejales, inten- dentes, legisladores a quienes votamos esto?
Ya Filmus indicaba el desafío "No cabe duda que reconstruir las escuelas como ámbitos de convivencia democrático es una de las tareas prioritarias de este nuevo período, más aún, es impensable una educación de calidad en el sentido integral del concepto en el marco de situaciones donde domina la lógica burocrática, la falta de participación, la intolerancia y la discriminación ideológica"
Por nombrar alguna de las falencias en Argentina no existe un plan de formación en TICS (nuevas tecnologías), si bien desde la ley Nacional de Educación de 2006 se las incluye como contenido obligatorio.
¿Cómo pensar entonces los desafíos que se presentan en la actualidad en el sistema escolar frente a la dinámica avasalladora del mundo digital? Su estructura orga- nizacional y edilicia, la capacidad de quien está frente al proceso educativo, el pensar, en resumen, en una nueva forma de educación para los alumnos de hoy.
Si solo nos limitamos a discutir sueldos e inclusión en un sistema de educación que no está dando los resultados esperados y no discutimos como sociedad estos temas en algunos años solo padeceremos las consecuencias de no haber sido partícipes de esta que es el verdadero debate que como sociedad nos debemos.
*Por Cynthia Calvigioni, Lic. en Comunicación Social
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