(Ansol).- "Los pibes empezaron a correr y la Policía abrió fuego con balas de plomo, con escopetas. Así mataron a Mauricio y a Franco. A Joaquín lo hirieron y lo dejaron al borde de la muerte. Pero se salvó, y hoy es nuestro testigo más importante, el que declaró en el primer día de juicio", explicó al programa radial Sin Zonceras (Radio Gráfica 93.9) Leonardo Rebolino, miembro de la Campaña Contra la Violencia Institucional.
El jueves 20 comenzó el juicio contra el subinspector de la Policía Bonaerense, Gustavo Rey, y el oficial de la comisaría 2° de San Martín Gustavo Vega, acusados de asesinar a Franco Almirón, de 16 años, y a Mauricio Gabriel Ramos de 17, y de herir gravemente a Joaquín romero, de 19.
El hecho ocurrió en febrero de 2011 en La Cárcova, partido de José León Suarez, tras el descarrilamiento de un tren de carga de la línea Mitre sobre las vías por donde transitan cientos de jóvenes para acercarse a un predio del Ceamse en donde revuelven desechos en busca de comida y para recuperar y vender.
El tren, detenido y sin operarios, estuvo una hora sin movimiento y los jóvenes se acercaron en el momento en que comenzó un operativo conjunto de la Bonaerense y de la Policía de Buenos Aires II, que lanzó gases lacrimógenos contra los chicos, ante una supuesta denuncia al 911 que alertaba sobre un saqueo.
"Queremos encontrar la responsabilidad política del operativo policial. El ministro Ricardo Casal fue el primero en decir que una banda armada de narcos y transas recibieron con balazos al operativo, y que eso motivó los disparos", señaló Rebolino.
"Esto fue después negado por los propios conductores del tren. La única banda organizada era la Policía Bonaerense", concluyó en la entrevista radial. Durante el juicio declararán más de 100 testigos por lo que se estima que a fines de marzo se dictará la sentencia.
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