Parecía que el 1° de enero traería vientos de cambios para Carlos Bianchi. Pero no fue así. Los superclásicos contra River (dos derrotas y un empate) golpearon más la imagen del equipo y el entrenador. El debut en este campeonato frente a Newell’s en Rosario pareció un espejismo a lo mostrado con Belgrano de Córdoba.
Aquella tarde el planteo fue correcto ante un rival que prioriza la posesión pero lejos está de ser aquel que logró ser campeón de la mano de Gerardo Martino. Al “Pirata” le alcanzaron 45 minutos para derrumbar la imagen ya citada. La Bombonera estuvo vacía de público y de fútbol xeneize. El retroceso fue digno de un equipo amateur. Rigoni y César Pereyra resultaron incontrolables para los defensores.
Además el colonense Guillermo Farré se adueño del mediocampo. Si bien las críticas recayeron en Nahuel Zárate por el débil cierre con Rigoni que terminó con la pelota dentro del arco y luego el penal cometido que cambió por gol Lollo, hay que remarcar la lentitud de los zagueros centrales: Daniel Díaz y Juan Forlín. Ninguno de los dos muestra seguridad. Una palabra molesta a los jugadores y siempre genera polémica: ACTITUD. El propio Bianchi aseguró que Belgrano la tuvo y Boca no. Claro está que Fernando Gago afirmó que no coincide. El problema de Boca pasa por lo futbolístico. No es casualidad. Hasta el choque con Atlético Rafela durante el año en curso jugó 7 cotejos, entre cotejos amistosos y oficiales. Solamente cosechó dos igualdades (River y Newell’s) y cinco derrotas (River -2-, Estudiantes, Gimnasia y Tiro de Salta, Belgrano). Había que remontarse al 10 de noviembre para saber que ese día fue la última vez que ganó. Aquella oportunidad el vencido fue Tigre.
El clima en Boca es tenso. Para colmo de males Juan Román Riquelme aún no está bien en lo físico para saltar a la cancha. Todo indica que en junio dejará de ser jugador xeneize. El presidente Angelici demostró ya siendo tesorero del club no querer al enganche quien seguiría su carrera en Tigre, club del cual es hincha y donde tiene una muy buena relación con Sergio Massa. Pero eso es futuro. Y el presente es poco alentador. Habrá que ver si Carlos Bianchi revierte imagen y resultados. Por ahora parece lejano y los tiempos se acortan.
|