(Ansol).- "Evidentemente pusieron en marcha un mecanismo de especulación en precios, de retención de dólares, y lo que se pone en peligro es la salud social de la población. Se le impide a muchos acceder a alimentos indispensable por los altos precios totalmente injustificados, y además se retienen divisas que son fundamentales para el crecimiento económico del país", aseguró a Radio Cooperativa Alejandro Rofman, economista del Plan Fénix y director del Programa de Economía Solidaria que se desarrolla en el Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la Universidad Nacional de San Martín.
En el marco de la puja de precios, los integrantes de Carta Abierta se reunieron el sábado pasado en la Biblioteca Nacional y opinaron en torno de distintos ejes de discusión sobre la coyuntura actual del país. Concluyeron en la carta número 15 bajo el título La Patria en peligro.
Los participantes estuvieron de acuerdo con la necesidad de una mayor intervención del Estado nacional frente a las empresas que concentran las exportaciones, que intentan desestabilizar al gobierno, obligándolo a tomar medidas difíciles y comprometedoras para el futuro del país.
"Lo único que el Estado argentino reclamó en estas semanas es que quienes todavía atesoran soja, sobre todo de la campaña que ya se cerró, liquiden sus tenencias a objeto de que se generen los dólares que a la Argentina le hacen falta para el comercio y el endeudamiento externo. No es apropiarse de esos fondos, si no pedir que los pongan en el mercado para que el Estado los adquiera. Es una apelación muy moderada, equilibrada y objetiva", explicó el economista en el programa radial Atando Cabos.
En cuanto a las manipulaciones y actitudes desestabilizadoras de los grupos concentrados, Rofman recordó las similitudes con el conflicto por la resolución 125, que intentó establecer un esquema de retenciones móviles a las exportaciones de granos.
En marzo de aquel año el ministro de Economía, Martín Lousteau, "notorio dirigente ahora asociado a los radicales y a los socialistas, sugirió poner un impuesto, una retención, un derecho a la exportación de los distintos cereales y oleaginosas del país que superaban un monto determinado el precio de la tonelada de ese producto. No incrementaba en absoluto el impuesto a la exportación sobre los valores persistentes", recordó Rofman.
"Si el productor ganaba más dinero, lo que se planteaba era que el Estado debía también participar de ese incremento de beneficio. Bueno, no se aceptó, se armó un gran revuelo nacional, se cortaron las rutas del país y no sólo ninguno de ellos sufrió sino que tuvieron un ingreso único para la actividad económica argentina."
Para el economista, ahora existe "una cuestión similar, cuando reclaman en contra de una intervención estatal en el manejo de las divisas del campo argentino", lo cual se vuelve "fundamental ya que no tenemos una empresa que produce dólares como la gran mayoría de los países de América Latina con petróleo, cobre, etcétera, entonces como no hay empresa estatal, cuando el Estado argentino necesita dólares, tiene el derecho a intervenir".
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