La Plana mayor se encontró bajo la citación del "Guacho sátiro" (hombre peligroso si los hay en cualquier terreno) hasta para traicionar con algún "video". La velada fue de los más bien, se tocaron diversos temas, se contaron algunas anécdotas del barrio y cuentos varios. El pellejo de muy pocos quedó en pié. Y así, todo fue tomando color.
Tomate uno…tomate dos…tomate tres.. .y al cuarto ya no sabían si estaban del lado de los delincuentes o eran guardianes del orden.
Al brindis de ocasión y con palabras empalagosas, eran muy pocos los que podían responder sin la traba en la lengua. El dueño del quincho que ya hacia el cuatro y todos los números fraccionados cuando sirvieron los chorizos, a los postres enfiló para afuera pero se equivoco de camino, y menos mal que lo atajaron algunos amigos que estaban parlamentando para colocar un metegol en el patio, sin costo para los parroquianos y que quedaron espantados como niños con la Mujer Lechuza.
Cheeeeeeeeeeeeeeeeeeeee, hay que dar el ejemplo.
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