El 27 de octubre de 2013, la ciudadanía se pronunció en las urnas. El resultado electoral fue un contundente triunfo de la lista del FAP que encabeza Ulises Portillo y sus seguidores. El sufragante en su gran mayoría con su boleta electoral pidió cambios en la metodología de gobierno y la "ida" de funcionarios del Poder Ejecutivo Municipal que después de muchos años en distintas áreas están desgastados frente a una sociedad que todavía espera expectante. Un ejemplo es que Martín Insaurralde en la zona núcleo sojera le sacó casi dos mil votos a la lista oficial local del Frente para la Victoria. Ricardo Casi parece un General en su propio laberinto. El Jefe Comunal estaría dispuesto desde el sillón de Eduardo Morgan a sumergirse en un ostracismo político.
Cabe acotar que entre sus amigos más íntimos se señala que el Primer mandatario de Colón ya quiere dejar la función pública. Tal vez los tres rotundos fracasos en su sueño legislativo le hayan mellado su animo o después de su operación quirúrgica está viendo la vida de otra manera. Nadie lo puede saber con exactitud, pero pueden ser las hipótesis más probables. Cabe aclarar, que su gobierno, como cualquier Poder Ejecutivo del mundo después de una devastadora derrota necesita oxigenarse. Sin embargo hasta ahora no hubo señales al respecto en esta prioritaria materia. El Poder Político
En un análisis profundo de la actual situación en nuestro Distrito, lo primero que resalta en color rojo, es que el poder territorial del casismo entró en luna menguante. El mayor ejemplo de esta afirmación es la elección del Partido Justicialista donde en el "famoso" acuerdo plancharon las candidaturas a Presidente de Ricardo Casi, y Mauricio Coliqueo y hasta "sacaron" de carrera al ahora "ultracasista" Elias Turre como Vicepresidente Las fuentes consultadas dicen que a más de uno de los dirigentes de la mesa y a los que consultaron fuera de los reunidos "se les erizaba la piel, pero no de frío al escuchar estos nombres". La Presidencia quedó en manos de un hombre del sindicalismo como Martirez Niz y un pura sangre justicialista Carlos Traficante. Dos buenos exponente en el "Mundo del P.J colonense". Los cambios
Los únicos cambios que realizó Ricardo Casi fueron forzados. Se trata de Ana María Gastambide y Silvia De Angelis. La renuncia de las ahora ex funcionarias tuvieron que ver con un pedido de libertad de las nombradas a Lucas Luna, en ese momento aprehendido por la Policía Comunal por delitos contra la propiedad y enviado al Servicio Penintenciario para su reclusión.
Un error muy grande.
La sociedad colonense en medio de un "pico" de inseguridad muy agudo pedía endurecer la posición de los Jueces de Garantías, ante las excarcelaciones, también llamada "Puertas giratorias". El hecho derivó en una "pueblada" de un sector del barrio 9 de Julio. Sin embargo, nos vamos a detener en las incongruencias políticas que una "opaca" oposición (hasta ahora) deja pasar por alto. Ana María Gastambide fue la única funcionaria que renunció dos veces del Poder Ejecutivo Municipal. Allá por fines de diciembre se produjo un gran escándalo y extraoficialmente se dijo que se había ido. En este lapso se la observó realizar trámites en Capital Federal (Aduanas) y en La Plata (Ministerios). Algunas voces del Poder Ejecutivo en tono muy bajo dijeron que era asesora del propio Jefe Comunal. ¿Vacío de Poder?
Un viejo dirigente justicialista señaló "se observa vacío de poder en muchos temas, como el de seguridad o la solución a otros urticantes problemas que sufre la población".En el tema de seguridad se ve a una ciudadanía atemorizada por los continuos robos, scruches y ahora hasta un intento de violación. Por el lado del Poder Ejecutivo se dispone a Marcelo Bataglia en esta área, un hombre discutido por su pasado cercano y con varias denuncias por violencia de genero- entre otras cosas- más allá de las resoluciones judiciales. El acoso sexual es uno de los delitos más execrables para el actual kirchnerismo nacional. Estos ilícitos tampoco estarían ausentes en otras áreas prioritarias municipales con un silencio llamativo de toda la oposición y partidos políticos que defienden tolerancia cero en temas como la violencia sexual. El ciudadano colonense ante esto tiene la confianza mellada y al borde de tomar resoluciones más drásticas. Lo dicho no puede ser ignorado por ningún dirigente político del oficialismo y la oposición. Ignorarlo sería abrir las puertas del mismo infierno.
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