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07/11/2013
El agujerito sinfin

Un drama que lleva 18 años en el barrio 9 de Julio


El periodista de Colón Doce cubrió la primera policial protagonizada por la familia acusada en 1995. En esa oportunidad los adolescentes y menores atacaron una casa ubicada en calle 22 entre 54 y 55 a piedrazos causando serios destrozos. De ese año hasta la fecha fue un continuo martirio....


El miércoles unos cuarenta vecinos reunidos nuevamente pedía a la justicia que encarcelarán a Luna. Una mujer dijo "antes que maten a mi hijo lo mato a él" otra decía" le vamos a quemar la casa".


Nadie quiere que pasen estos hechos que tornaría drámatica la situación en que se vive. Pero las personas señaladas tienen más de cincuenta causas judiciales. Es hora que se tome una resolución con sentido común El martes el Intendente Municipal, Ricardo Casi mantuvo una reunión por el tema seguridad con vecinos de la calle 55 entre 21 y 22, quienes en el último fin de semana vivieron momentos difíciles que son de dominio público.


De la reunión participó también el Fiscal General Mario Daniel Gómez, tratándose exclusivamente del tema particular y la situación procesal del imputado, quien presu- miblemente ha violado la prisión domiciliaria dictado en su oportunidad por el Juez competente. Los vecinos tuvieron la oportunidad de expresarse libremente describiendo acabadamente la situación, ya insostenible, que como vecinos del imputado deben vivir diariamente. Se acordó intensificar las acciones administrativas sumariales para que la justicia pueda cambiar la actual situación.-


Tres años antes…Historia repetida


Una foto de la actualidad puede ser una nota de nuestros archivos. El jueves 27 de octubre de 2011, después del mediodía se reunieron en el Municipio los vecinos del Barrio 9 de Julio, el intendente Ricardo Casi, el Fiscal General, Mario Gómez y el Comisario Inspector Conradi. A pesar de las quejas de los vecinos del barrio 9 de julio se logró un acuerdo básico. En primer lugar se colocó un patrullero en cercanías de 55 y 22, para vigilar los movimientos de personas en ese sector.


Los vecinos señalaron que la problemática de inseguridad que afecta a ese sector es de larga data. Otras de las medidas que se tomaría es unificar las causas de las personas señaladas como las que causan desmanes y actos ilícitos. Unos días antes los vecinos del barrio 9 de Julio se congregaron en la Plaza San Martín permaneciendo en el lugar cerca de una hora, al ver que ninguna autoridad municipal se hacía presente decidieron dirigirse a la intendencia donde fueron recibidos por el Secretario de Seguridad Eduardo Delgado y el Comisario Inspector Omar Conradi.


La charla fue tensa y a los pocos minutos se unió a la reunión el Intendente Ricardo Casi. Y ante las quejas contra la fiscalía local, prometió citar al Fiscal General, Daniel Gómez quien un día después se iba a reunir con los vecinos y el jefe comunal Casi.


Los vecinos realizaron el reclamo y señalaron que en el sector del barrio 9 de Julio cercano a las calles 22 y 55, es imposible vivir por el accionar de grupos que además están atravesados por el consumo de droga y el alcohol (nos llama la atención no hay más procedimientos desde que se fue la Comisario Preciado, tal vez no haya más consumo de droga). También dijeron que esto no es nuevo y que hace dos décadas que viene sucediendo sin que nadie tome medidas.


Como se recordará hace dos semanas comenzó en ese sector una verdadera batalla campal a las 11.30, y donde varios vecinos resultaron heridos por casco- tazos, una vivienda dañada y un herido grave de bala que fue atendido e intervenido quirúrgica- mente en el Hospital Municipal, Eduardo Morgan.


Además se detuvo a una persona que supuestamente disparo el arma de fuego al verse acechado estando con su esposa y tres hijos menores en el interior de la casa que estaba siendo apedreada y que además quedó destruida. Los vecinos relataron que era un buen hombre, trabajador y que seguramente la situación que le tocó vivir lo llevó a disparar el arma de fuego.


Los relatos


Los vecinos congregados relataron situaciones diarias -también ocurren en otros barrios- donde es imposible llevar una vida normal. Una de ellas se explaya que existen grupos de jóvenes que cobran "peaje" para pasar en determinadas calles. En este sentido, hace pocos días, un septua-genario intentó "cruzar la barrera" y como no tenía dinero lo golpearon ferozmente.Un hijo de la víctima se enteró de la situación y amenazó a uno de los agresores con un arma blanca diciéndole "si tocas otra vez a mi viejo te degüello".


El cuadro describe como ninguno la ley de la selva que comienza a funcionar en ese sector.Los vecinos tienen miedo que ante esta situación ocurra un hecho de sangre que cueste una vida.Otro ejemplo es que la familia atacada en los hechos arriba descriptos, vive aterrorizada. El núcleo debió mudarse al barrio Rivadavia por las amenazas recibidas. La casa quedó desha- bitada y los ladrones comenzaron a quitarles las chapas del techo. Las familias sólo quieren vivir dignamente y tranquilas en sus hogares.


Cuatro años antes


En agosto de 2009, Un nuevo gran escándalo se protagonizó el sábado de madrugada y la policía nuevamente fue llamada a actuar en una seguidilla de acontecimientos que generan gran inquietud a los vecinos del populoso barrio 9 de julio.


Según trascendió los jóvenes habrían roto los vidrios del comercio, cuando la propietaria se habría negado a vender alcohol., hubo fuertes quejas de los vecinos. La policía detuvo a dos menores y cuenta con el apoyo de la barriada que quieren tranquilidad y se quejan del papel del Estado que no brinda contención a estos grupos.


Pocos días después, a un vecino de ese sector, los adolescentes le habrían robado prendas de vestir. El hombre habría reclamado a los chicos por el escaso botín y estos apedrearon su vivienda. La víctima llamó a la policía y los adolescentes recibieron al móvil con piedrazos. En esta situación, los agentes habrían utilizado balas de postas para disuadirlos. En el intercambio dos personas ajenas a la situación (uno de ellos de 10 años) fueron heridos.


Casi en simultáneo, en otro sector de la ciudad se habrían apoderado de un ciclomotor 50 cc y los cacos huyeron por la 22. Los policías que patrullaban por calle 22, interceptaron al ladrón, que dejó abandonada el ciclomotor huyendo. El adolescente tendría 16 años.


También los vecinos indican que este grupo de menores no sería ajeno a pedir "peajes" a los comerciantes e incluso a robar carteras a las mujeres.




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