Antes de partir para el bar La Milanesa barrio el patio con una escoba de alambre de fardo, metió a las gallinas pininas en el gallinero por alborotadas con el nuevo gallo negro, junto los huevos (no los de él) sino los de las batarazas y recordó los dichos del General «Para hacer una tortilla hay que romper los huevos» y se puso a pelar unas papas, para luego de dejarlas en el agua e hizo hervir una rama de eucalipto medicinal, para prevenir el resfrío, emprolijo la liebre cuereada que habían cazado los perros en la fiambrera para que se aireara y se fue al terreno de lindante, a cortar radicheta amarga (que en estos tiempos políticos es escasa y más amarga que nunca), por último le puso levadura a la masa para hacer pan casero en el horno de barro, no Massa de Tigre que necesita como dos kilos para que explote un poco y por lo menos diga ¡Pum para arriba!. Luego de terminar con las tareas de un gaucho hogareño se fue al bar La Milanesa donde se encontró con sus amigos el «Apache Malo» (se voltea diez blancos por jornada) y «Antibioco» (es peligroso juntarlo con el vino) y allí en una mesa dispuesta al lado de la cancha de bochas, diagramaron los próximas elecciones a concejal. (continuará)
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