Un viejo reclamo del movimiento por el "parto respetado" está más cerca de convertirse en ley. La Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires aprobó recientemente un proyecto que garantiza el derecho de la mujer a estar acompañada en todo el proceso del parto y a elegir si desea que ese acompañante sea su pareja o alguien más. Ocurre que si bien es una práctica bastante común entre las familias de clase media, el acompañamiento constituye un derecho que las maternidades no siempre respetan cuando se trata de madres en situaciones de mayor vulnerabilidad social. De hecho, esa realidad de fondo constituye uno de los fundamentos de la iniciativa propuesta por la diputada Alicia Marchi (FpV).
"Nuestra Provincia no tiene normativa respecto de este derecho que creemos de importancia vital", comentó Marchi al explicar "la necesidad de crear un marco legal que garantice el apoyo emocional a las parturientas" cualquiera sea su condición social.
La iniciativa, que deberá ser tratada ahora por el Senado, reconoce sin embargo el alcance de ese derecho al aclarar que el acompañamiento deberá cumplirse "salvo que el profesional actuante, justificadamente, disponga lo contrario" a fin de asegurar la salud de la mamá y su bebé. Además del derecho a estar acompañadas al dar a luz, el proyecto también apunta a asegurar que las futuras madres reciban la atención necesaria a lo largo de todo el proceso de gestación, parto, posparto y puerperio.
En este sentido establece el derecho a "ser informadas sobre las diferentes situaciones de parto que puedan producirse, con las ventajas y los inconvenientes de cada opción", a "tener a su lado a su hijo recién nacido durante la estadía en el centro asistencial en la medida que el estado clínico del niño lo permita", a que "se le brinde un trato personalizado" y a que "sean resguardados todos sus datos personales", entre otras cosas.
El proyecto también contempla los derechos de los padres o tutores legales de los recién nacidos en situación de riesgo al señalar que éstos deberán "recibir información comprensible sobre el estado de salud, evolución y pronóstico de su niño y las alternativas de tratamiento" y podrán "acompañar a su niño en la sala donde se encuentre internado siempre que la situación lo permita".
Más allá de atenuar la ansiedad y la angustia propias del momento del alumbramiento, la posibilidad de que los padres puedan ver de inmediato al recién nacido y a sus compañeras busca apuntalar desde la experiencia única del parto compartido el vínculo familiar y acompañar también las nuevas formas con que los hombres viven hoy la paternidad.
Existe evidencia de que los minutos posteriores al parto son los más propicios para el apego, porque tanto la madre como el niño atraviesan por un período de gran sensibilidad denominado "de alerta" que no se verá más en el recién nacido sino hasta pasado el primer mes de vida y que resulta de gran importancia para fortalecer el vínculo emocional
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