La violencia escolar aumenta. En las últimas semanas se dieron una serie de hechos que debe llamarnos la atención. Los dos últimos fueron protagonizadas por adolescentes. En el primero de ellos tres chicas esperaron a una de ellas en calle 12 y 49, y según dicen ya habían discutido en el interior de la escuela por el amor de un muchacho. La víctima quedó en el medio y recibió varias cachetadas y patadas. El corolario fue que le habrían robado un teléfono celular.El segundo epeisodio ocurrió en una Escuela situada en la periferia. Tres chicas agredieron a otra propinándole una fuerte golpiza que dejó confundida a la adolescente.
Salvajismo colegial
El aumento de los casos de violencia dentro de los establecimientos educativos genera preocupación entre los docentes, que no sólo son testigos de las agresiones entre chicos, sino que también suelen ser las propias víctimas.
Se debe tener en cuenta que la violencia es hoy un componente cotidiano en nuestras vidas. Es una manifestación que ocurre en todos los niveles sociales, económicos y culturales. Esta se ha puesto de manifiesto también en las instituciones. A esta grave situación ha contribuido el perceptible corrimiento de los límites impuestos a los niños y jóvenes, que causa en ellos impotencia y frustración, y pone de manifiesto la desaparición de la familia, la escolaridad y la irresponsabilidad personal que padecen de forma cotidiana. Todo lo cual acentua el conflicto y la violencia en la que ya se encuentran inmersos y traslada esos malestares a su ámbito más directo, el colegio.
Para ejemplificar: si en una escuela un alumno rompe un vidrio con una piedra, puede pensarse en expulsarlo (modelo punitivo). Podría llamarse al padre y exigirle que pague la reposición del vidrio, o que lo compre y coloque (modelo reparatorio o restitutivo).
También podría convocarse al psicólogo o al gabinete psicopedagógico y tratar al alumno (modelo terapéutico), o incluso en sentarse a conversar en los cursos para establecer qué comportamientos de los otros determinaron esa reacción y corregirlos, generando el diálogo desde dentro de la institución educativa (modelo conciliatorio).
|